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18 de abril de 2024
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Por José Calero
Cristina reordena antes del segundo mandato
4 de septiembre de 2011
Antes de comenzar lo que está segura será su segundo mandato el 10 de diciembre, la presidenta Cristina Fernández busca alinear a empresarios y gremialistas detrás del "modelo", para garantizarse un 2012 lo más tranquilo posible en medio de la crisis internacional.

Si bien no profundizó en detalles, llamó la atención que en su discurso ante los industriales en Tecnópolis la mandataria haya hablado de instrumentar las "correcciones necesarias" en el modelo, cuando hasta ahora mantenía un discurso blindado a cualquier crítica.

"Si hay distorsiones, vamos a hacer las correcciones que sean necesarias. Es imposible no cometer errores en la actividad económica", dijo la Presidenta, y prometió "revisar lo que haya que revisar para seguir adelante", lo cual cayó bien entre los numerosos empresarios presentes.

También recordó a su auditorio, donde estaba el jefe de la CGT, Hugo Moyano, que "no hay intereses tan coincidentes como los de los empresarios y los trabajadores", a quienes instó a ser "inteligentes" para "no arruinar las bases del desarrollo argentino".

Esa estrategia se inscribe en la certeza de que la Argentina necesitará de grandes acuerdos nacionales para sostener su crecimiento mientras las grandes potencias atraviesan momentos de zozobra, con conflictos sociales, recesión y alto desempleo.

Sólo alineando a cámaras empresarias y gremios detrás de un proyecto común de Nación, cree la mandataria, podrá evitar que se repita el tironeo entre precios y salarios que quedó en evidencia este año.

El aumento del 25 por ciento en el salario mínimo que el sector privado y los sindicatos se allanaron a firmar hace unos días sólo fue posible porque ambas partes resignaron parte de sus expectativas.

Pero la historia no tendrá chances de repetirse si el gobierno no logra poner freno a una escalada de precios apenas disimulada por el festival de subsidios a manos llenas, para evitar alzas de tarifas y dar incentivos a sectores cada vez más amplios.

Gana terreno en el gobierno, como quedó en claro en el último congreso de economistas heterodoxos de AEDA, que a los mercados no sólo hay que regularlos, sino también gobernarlos, es decir, obligarlos a cumplir con la gran meta fijada desde el Estado.

Sólo así, creen estos especialistas -muchos de los cuales ocupan y otros ocuparán altos cargos en la esfera económica si Cristina logra la reelección desde el 10 de diciembre- se podrá alcanzar el objetivo del "pleno empleo" en la Argentina, sosteniendo el ritmo de crecimiento.

Pero otra vez el recalentamiento de precios, fogoneado por el alza de alimentos en el mundo y en parte por la especulación interna, sigue siendo el tema al que el gobierno no logra encontrarle solución.

La insistente emisión monetaria para absorber dólares y el crecimiento del gasto público para alentar al consumo chocan de bruces con cualquier expectativa de bajar las expectativas inflacionarias.

Esa contradicción deberá tratar de ser resuelta en algún momento por el gobierno, y tal vez sea parte de las metas que deberá fijarse el sucesor de Amado Boudou al frente del Ministerio de Economía.