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Por José Calero
Medidas para reactivar y adiós a Lassie Moreno
27 de julio de 2008
La presidenta Cristina Kirchner deberá recuperar terreno perdido durante la pelea con el campo, y tomar el toro por las astas en la órbita económica, antes de que el "invierno" lo invada todo.

En los mercados reclaman que Cristina ejerza un gesto de autoridad y eche del cargo al polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, señalado como el responsable de manipular los índices de precios y distorsionar las variables clave de la economía.

Las últimas señales encendieron luces de alerta sobre la marcha del modelo "productivo": por primera vez en cinco años y medio cayeron la actividad fabril y las ventas minoristas, mientras que el superávit comercial descendió en junio a su nivel más bajo desde el inicio de la recuperación económica.

En distintas órbitas oficiales admiten por lo bajo que mientras duró la disputa con el campo fue muy difícil para el Poder Ejecutivo abordar en serio la necesidad de políticas para dar nuevos bríos a una economía que se desacelera.

En el medio, para colmo, se debió ir el ministro de Economía, Martín Lousteau, luego del paso en falso dado al anunciar las fallidas retenciones móviles, que terminaron siendo un cortocircuito fenomenal para la producción.

Su sucesor, Carlos Fernández, todavía no dio pistas sobre medidas destinadas a sostener el crecimiento económico.

Martín Redrado, desde el Banco Central, batalló con dureza a lo largo de estos meses para afrontar un ataque especulativo de los mercados, y los doblegó a costa de perder reservas por unos 3.000 millones de dólares.

Pero en el fragor de la batalla, Redrado poco y nada pudo hacer desde el Central para incentivar el crédito, en medio de un contexto de permanente suba de tasas.

Así, el sistema financiero se encuentra con escasas herramientas para incentivar el aparato productivo.

Allí trabajarán en forma conjunta la presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, y el ex ministro de Economía Miguel Peirano, que ya está poniendo a punto distintas herramientas desde su nuevo cargo al frente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

Pero aunque todo el equipo de Gobierno se ponga a trabajar en la necesidad de impedir que la economía se termine de enfriar, los operadores coinciden en que hace falta el liderazgo de la presidenta Cristina Kirchner para dar nuevo bríos al plan económico.

En medio de la necesidad de relanzar su Gobierno, no fue casual entonces que la presidenta convocara a los "hombres y mujeres del campo" a trabajar junto a otros sectores "para lograr que la Argentina siga creciendo".

El Gobierno parece haber entendido que un país como la Argentina no se puede dar el lujo de dar la espalda al campo.

Si Carlos Pellegrini dijo una vez que "sin industria no hay Nación", no hay dudas de que el agro debería incluirse en esa frase que se hizo célebre, en este momento en que el mundo demanda lo que produce la Argentina.

Cristina perdió un tiempo precioso para potenciar la producción agropecuaria, pero se espera que a partir de ahora apunte en ese sentido.

El problema -que el flamante secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, parece tener claro- no es que la Argentina se haya convertido en un país sojero, sino que no se hayan incentivado como debían actividades alternativas como la ganadería, la lechería y la siembra de trigo.

Superficie para sembrar y pastar ganado todavía abunda en el país, y ahora sólo faltan los incentivos necesarios para hacerlo.

En lo inmediato, se espera que el gobierno impulse medidas destinadas a alentar el consumo, y así evitar que el crecimiento de este año caiga por debajo del 7 por ciento.

Se espera que, al aumento del salario mínimo que se anunciaría el lunes mismo en el marco de la reunión convocada entre empresarios y sindicalistas, se sumen medidas para ensanchar los bolsillos.

Entre esas iniciativas figuran la suba del mínimo no imponible que tributan los empleados en relación de dependencia por Ganancias, y un nuevo ajuste de las jubilaciones, que siempre es una medida bien recibida por la gente y que dinamiza la actividad económica.