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Por José Calero
Los Kirchner apuestan al retorno de Lord Keynes
18 de noviembre de 2008
Los efectos de la crisis financiera mundial llegaron a la Argentina y ya se observan las primeras consecuencias con suspensiones y despidos en sectores ´sensibles´, como
automotrices, frigoríficos, curtiembres y textiles.

Curado de espanto, el matrimonio más poderoso, el de Néstor y Cristina Kirchner, dice estar dispuesto a tomar el toro por las astas.

Pondrá en marcha, como pueda, un plan de inversiones en obras públicas, promoción industrial y subsidios a desocupados que recoge buena parte de las ideas del famoso John Maynard Keynes, el economista británico que con sus ideas marcó a fuego la segunda posguerra.

"Hay que apelar a proyectos neokeynesianos para potenciar la actividad, el empleo y el trabajo, y solucionar los problemas de infraestructura", sostuvo Kirchner, al hablar ante líderes de la región en la cumbre de Santiago de Chile.

El keynesianismo nunca fue bien visto por algunos sectores de poder en la Argentina y virtualmente estuvo proscripto durante los ´90, cuando Carlos Menem y Domingo Cavallo lideraron un neoliberalismo aplicado a los ponchazos.

Keynes fue un economista británico que alentó en los ´40 una política de intervencionismo estatal, cuyas ideas se reflotan cada vez que el capitalismo ultrafinanciero colapsa, como ocurrió en esta oportunidad como consecuencia de la crisis de las hipotecas ´basura´, una ´tortuga´ que se le escapó a George Bush, pero
también al reputado Alan Greenspan, el ex todopoderoso jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos ahora caído en desgracia.

El matrimonio Kirchner sigue de cerca las ideas de Keynes y sus efectos prácticos a través de especialistas allegados, como el premio Nobel Joseph Stiglitz, pero especialmente del también británico Stephen Wheeler, quien se define como un analista de riesgo -el propio Keynes era un audaz inversor bursátil- y vive en la Argentina desde 1998.

Para el plan ´neokeynesiano´ que elabora la Casa Rosada fue consultado no sólo Wheeler, si también el equipo de la Fundación FIDE, donde tallan fuerte Héctor Valle, y su discípula, la titular del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, así como también Aldo Ferrer, uno de los economistas fundadores del Plan Fénix, del cual ahora se alejó.

El desembarco de Wheeler en la órbita del kirchnerismo se dio a través de Damián Barijhoff –dirigente de Compromiso K cercano a Rudy Ulloa Igor, casi un alter ego de Kirchner–, a quien conoció jugando al golf.

Qué le dijo Wheeler a los Kirchner en los papers que suele enviarles: la crisis financiera internacional es una "oportunidad, pero hay que ayudar con firme intervención estatal".

La Presidenta se ocupó de repetir hasta el hartazgo ese concepto en cada uno de los actos que encabezó en las últimas semanas en el conurbano, algunos a través de su nuevo ´chiche´, las teleconferencias, o de sus notas de opinión en diarios del
interior o incluso barriales.

En el círculo íntimo de asesores de los Kirchner también se viene discutiendo en las últimas semanas sobre una propuesta de repatriación de capitales argentinos depositados en el exterior.

En esa iniciativa el puntapié inicial lo dio el bonaerense Daniel Scioli, quien la lanzó luego de consultarlo con cámaras empresarias de la provincia, como la de los industriales bonaerenses que lidera Osvaldo Rial.

Hay algo que los Kirchner no pierden de vista: la preocupación principal de Keynes pasaba por salvar al capitalismo "industrial", y consideraba que "dirigido inteligentemente puede resultar probablemente más eficaz que todos los sistemas alternativos".

Ahí radica el problema de esta hora: el mundo financiero internacional vino siendo dirigido en forma irracional por líderes que, a sabiendas o no, dejaron crecer el monstruo de la especulación dominado por parte de gerente inescrupulosos que buscaron beneficiarse a expensas de un Estado bobo.

El economista Valle lo grafica con precisión: "La historia siempre se repite. Cuando las crisis se agravan y el sistema parece al borde de la muerte, los mismos que ayer impusieron –muchas veces a la fuerza– el libre mercado y las desregulaciones,
reclaman que el Estado venga en su ayuda".

El plan que viene

En esa inteligencia debe entenderse el plan que se viene, buena parte de cuyo financiamiento provendrá, se admita o no, de la estatización de fondos jubilatorios, que de inmediato aportarán unos 10.000 millones de pesos cash a las arcas de la ANSeS.

La iniciativa que prepara la Casa Rosada busca atenuar el impacto de la caída de la actividad económica, que ya es un hecho, y alejar el fastasma de la recesión, que ya alcanzó a Alemania y la Zona Euro en general, y va por Estados Unidos.

El plan Kirchner contempla un programa de incentivos para el complejo fabril automotriz, vía estímulos fiscales y subsidios a las exportaciones, similar al que ya se empezó a aplicar para las petroleras.

Lo que no está definido aún es si el plan será a través de créditos a tasas subsidiadas para alentar la compra de un único modelo económico por terminal, o financiación integral para adquirir todo tipo de vehículos.

A esto se suma un plan de obras públicas de alto impacto, que ya fue blanqueado, en lo conceptual, por el propio Néstor Kirchner, quien con esa actitud dejó en claro lo que todos suponían: es el verdadero ministro de Economía de la Argentina.

Las medidas se complementarán con subsidios para empleados que sean suspendidos o queden directamente en la calle.

El 20 de noviembre próximo, cuando el Senado convierta en ley la estatización de las jubilaciones, será un "Día D" para el gobierno nacional.

A partir de allí se lanzará una ofensiva total destinada a despegar lo más posible a la Argentina de una crisis financiera internacional que amaga con obligar al poder económico mundial a barajar y dar de nuevo.