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Por José Calero
Kirchnerismo retoma la iniciativa y quiere todo
16 de agosto de 2009
El nuevo plan de empleo con el cual la presidenta Cristina Kirchner -quien dijo sentirse una "fusilada mediática" y se comparó con Manuel Dorrego- promete generar 100 mil puestos de trabajo, persigue el objetivo político de recuperar la iniciativa ante el avance de la pobreza.

En cadena nacional, Cristina habló de la obra "La tentación", de Pacho O`Donell, que narra la vida de Manuel Dorrego, quien, aseguró, fue fusilado porque "optó por el pueblo".

La Presidenta se comparó con Dorrego: "Tal vez ahora hayan surgido otro tipo de fusilamientos, mediáticos. Pero son los riesgos de elegir dónde estar. Les puedo asegurar que milito desde muy joven y no me voy a arrepentir nunca de los lugares donde estuve, porque siempre estuve donde había que defender al pueblo".

Las ONG que trabajan a diario con los pobres, como Red Solidaria, y que cumplieron un rol fundamental durante la última ola de frío de julio distribuyendo abrigo y comida en todo el país a cientos de familias que pasan hambre, alertan que se triplicó la
cantidad de gente que duerme en las calles.

El tema ya había sido puesto otra vez sobre la mesa, no sin matices políticos, por la propia Iglesia, cuando habló del "escándalo" de la pobreza en la Argentina, y la jefa de Estado pareció buscar responderle al cardenal Jorge Bergoglio, con el cual está cada vez más distanciada.

La mayoría de los especialistas sostiene que el aumento de la pobreza está directamente vinculado con la disparada de precios que el gobierno viene ocultando desde hace más de dos años.

Para la gente es cada vez más difícil adquirir bienes y servicios, cuyo costo, en algunos casos, al menos se triplicó desde el 2007 a esta parte, y si a esto se le suma la pérdida de empleos por la crisis, la mayoría precarios, el panorama se vuelve
aún más complejo.

La inflación puede estar frenada políticamente y haber sido sacada de la tapa de los diarios, como parece haber ocurrido en las últimas semanas con la pandemia de Gripe A, pero ello no quita que los precios se sigan disparando, ni que tampoco sigan
contrayendo el virus H1N1 cientos de personas en la Argentina.

El modelo que viene intentando imponer el gobierno kirchnerista se basa, sostienen desde la Rosada, en la "inclusión social", pero la crisis internacional, más ciertas contradicciones internas, encendieron luces de alarma sobre un aumento de la pobreza que iría a contramano de esa buena intención.

La política sigue encontrando escollos para que la onda expansiva de la riqueza producida por algunos sectores económicos llegue con mayor potencia a la ciudadanía postergada.

El propio hecho de que la minería, la pesca, las automotrices, el juego y las finanzas hayan sido cinco de los sectores más beneficiados por este modelo económico, dejando, por ejemplo, a las pequeñas y medianas empresas con severos problemas para
acceder al financiamiento, refleja la necesidad de esa "sintonía fina" que le vienen reclamando economistas allegados.

El agro, motor de la economía gracias a la política del dólar alto, habría tenido un impacto mucho mayor sobre la bonanza económica del país con una política para incentivar la producción, como la que viene aplicando Brasil.

Curioso caso el del gobierno de Lula Da Silva, el hombre surgido en la izquierda del Partido de los Trabajadores, y que se mostró desde un principio dispuesto a gobernar para todos, sin discriminar entre ricos o pobres, una tentación en la que el
gobierno argentino cae a diario.

Tal vez por eso Brasil aparezca primero en la fila de los países que, se espera, aprovechará el resurgimiento, con masiva demanda de commodities incluida, de China.

Por ello también la geopolítica mundial ubica al BRIC (Brasil, Rusia, India y China) como los cuatro países que liderarán a las naciones emergentes en un avance cuyo desarrollo parece no tener techo.

Es una pena que esa sigla no sea BRICA, para incluir también a la Argentina, que a contramano aparece cada vez más puesta en tela de juicio por la comunidad internacional.

La Argentina tiene problemas severos en todos los niveles de la pirámide social.

Entre los dueños del dinero, la desconfianza es casi total, y eso explica la fuga de 44.000 millones de dólares en los últimos dos años, como señaló el ex presidente del Banco Central Aldo Pignanelli.

Las clases medias se sienten, otra vez, el jamón del sandwich, ya que son las que pagan impuestos y cumplen con sus obligaciones, pero a cambio no reciben ni Justicia, ni seguridad, ni salud ni educación en la calidad necesitada.

Esos mismos sectores medios, que le dieron la espalda al gobierno el 28 de junio último, ahora también dudan sobre poder jubilarse ante el nuevo rol asumido por la ANSeS, un organismo que tras la estatización del sistema previsional parece destinado a tapar todos los baches fiscales que aparezcan.

Y en los sectores más marginados, en tanto, el temor es que las políticas de asistencia social --de dudosa eficacia hasta ahora-- queden cada vez más relegadas ante las mayores exigencias financieras que tendrá el país y la menor disponibilidad de recursos existentes.

El "plan"

La iniciativa presidencial para crear 100 mil puestos de trabajo -hace unos meses se habían anunciado obras públicas por 100.000 millones de pesos de las cuales se sabe poco- a través de cooperativas, significará un gran desafío para evitar que no
terminen convirtiéndose, como ocurrió en otros tiempos, en burocracias que terminan licuando la plata.

En una primera etapa, el gobierno prevé destinar 1.500 millones de pesos al conurbano bonaerense.

De alguna manera, el gobierno se hizo eco del reclamo de la calle, para que millones de personas desocupadas tengan la oportunidad de realizar tareas de mantenimiento en los municipios o construcción de escuelas, entre otras.

La Presidenta considera que el principal problema de la Argentina "no es la pobreza, sino la inequidad social, es decir como se transfieren recursos de un sector a otro".

Esta conclusión supone que más de seis años de política kirchnerista --Néstor Kirchner asumió en mayo del 2003-- han hecho poco por revertir la inequidad en la Argentina y que son grandes los desafíos que quedan por delante.