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Por José Calero
Por Grecia, canje puede salir pato o gallareta
9 de mayo de 2010
La crisis en Grecia y el consiguiente descalabro en los mercados del mundo, se desata en un momento clave para una Argentina ya lanzada a salir del default a través de un nuevo canje de deuda presentado, esta vez sí, como "la última oportunidad".

La Argentina carece de buenos antecedentes en el mundo, porque se la considera una nación sin respeto por la seguridad jurídica y donde a las leyes, como a las palabras, se las lleva el viento en forma recurrente.

Con ese historial, el país ahora busca obtener el favor de los mercados con un canje que roza los 20.000 millones de dólares en bonos y cuyo resultado se vuelve incierto al calor de la incertidumbre mundial.

Por un lado, la hecatombe europea y los problemas que afectan a las grandes economías del mundo -con crisis del euro incluida-, pueden convertir el canje argentino en una oportunidad para refugiarse en los títulos de un país no tan afectado por la
recesión planetaria del 2009 y donde se vislumbran señales de recuperación.

Una Argentina en crecimiento, con recaudación impositiva en alza e ingresos de dólares por exportaciones, puede ser más confiable para los ahorristas y los inversores.

Al fin y al cabo, tanta crítica hacia la Argentina del default puede parecer nada ante el gigantesco desfalco protagonizado por un sistema financiero descontrolado que sepultó las expectativas de millones de personas a través de las "hipotecas basura".

La caída en su momento de los bancos de inversión y una crisis que ahora parece volver a potenciarse por las asimetrías entre las economías de Europa, desnudaron las inconsistencias de un mundo cada vez más complejo en materia financiera.

En medio de tanto descalabro, la Argentina trata de decirle al mundo que confíe, una vez más.

Buena parte del éxito del canje de deuda dependerá de que cientos de miles de pequeños ahorristas vuelvan a dar un voto de confianza a un país que los defraudó.

Unos 200 mil de esos ahorristas están en Italia, pero también hay un gran volumen disperso por Alemania y Japón, entre otras naciones.

A la hora de mencionar los interrogantes, aparece la caída de los bonos de hasta el 11 por ciento en lo que va del mes, producto de la crisis internacional.

Con la baja de los mercados, los bonistas recibirían 46 dólares por cada lámina de 100, un 10 por ciento menos que los 51 que hubiesen obtenido una semana atrás.

A pesar de esto, los operadores apuestan a que el canje tendrá un nivel de aceptación alto, que permitirá salir del default.

Aún en medio de la crisis, algunos especialistas y hasta el propio ex ministro Roberto Lavagna, ahora enfrentado al kirchnerismo, estima que la aceptación rondará el 80 por ciento.

Claro que, para Lavagna, este resultado se logrará porque la oferta argentina es "demasiado generosa".

En Economía continúan siendo cautos y mantienen la expectativa de un piso de aceptación del 60 por ciento.

Saben que es mucho más complicado colocar un bono en cesación de pagos en un mundo financiero convulsionado.

Por eso, una consecuencia que ya se empieza a barajar es que el canje resulte exitoso en términos de volumen, pero que la Argentina no logre bajar significativamente la tasa para conseguir dinero.

Incluso, algunos expertos señalan que, al menos en los primeros meses porteriores al canje, la tasa de interés sería de 10 por ciento anual, más del doble de la que puede obtener Brasil.

Así, la Argentina podría anunciarle al mundo la salida del default pero el costo del crédito seguiría en niveles altos.

Es que la confianza puede perderse en un minuto, por ejemplo, en una Asamblea Legislativa donde se declaró un default aplaudido por todos los dirigentes políticos, incluidos los que ahora están en el Gobierno.

Pero recuperarla puede demorar años.