El resentimiento de la presidenta Cristina Fernández contra todos los que opinan distinto que ella, que cada vez son más, ni siquiera pudo dejar de aflorar en un momento cumbre para la humanidad como fue la epopeya del rescate de los 33 mineros atrapados en Chile, luego de permanecer 70 días a casi 700 metros de profundidad.

Abusando de una adolescencia tardía a través de twitter, Cristina pareció razonable cuando primero pidió a Dios seguir "mirando" a los mineros chilenos atrapados a cientos de metros de profundidad.

Calificó esa situación de "tragedia milagrosa" y estimó, con una gran capacidad de análisis, que dejará "en la vida de cada uno huellas profundas".

Pero enseguida no pudo con su 'genio' y utilizó hasta el tema chileno para volver a criticar a la prensa argentina.

Con lenguaje adolescente, pidió suponer el trato que "le hubieran dado la oposición política y los medios de comunicación" locales a una hipotética situación como el derrumbe de Copiapó si hubiese ocurrido en Argentina.

"Imagínate por un segundo si esa desgracia hubiera pasado aquí (Dios no lo permita nunca). Madre de Dios...!!! (Aníbal dixit) El Gobierno, responsable absoluto", sostuvo la Presidenta.

Y agregó: "¿Te imaginás a TN? Organizando marchas a Plaza de Mayo. ¿Y la oposición? Juicio político a CFK. De Vido, retiro de ciudadanía y deportación. Qué la CN (Constitución Nacional) lo prohíbe? No importa. Medida cautelar y listo".

Respecto del rol de la prensa chilena frente al hecho, la mandataria destacó la "serenidad, responsabilidad, esperanza y hasta casi alegría" reflejada en los medios de comunicación trasandinos.

Resaltó que "otra forma de comunicar e informar es posible", con una característica "respetuosa y racional, sin agregar dolor al dolor o angustia a la angustia".

"Que sea así algún día", señaló Fernández.

La faltó imaginar, para completar el cuadro, cuál hubiera sido la reacción de su Gobierno ante un desastre de esa magnitud.

Tal vez le hubiese echado la culpa a los medios.