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19 de abril de 2024
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Por José Calero
La inseguridad también genera inflación
12 de noviembre de 2010
La inseguridad y la inflación son los dos flagelos que le quitan el sueño a los argentinos, según la mayoría de las investigaciones de opinión pública.

Ambos temas fueron negados en forma sistemática por el gobierno de Cristina Fernández.

Desde la Casa Rosada se buscó instalar en su momento, en forma imprudente y agraviante para la ciudadanía, que la inseguridad se trataba de una "sensación".

Algo similar ocurrió con la escalada imparable de precios que, INDEC mediante, el gobierno nacional trató de ocultar bajo la alfombra.

Pero los datos de la realidad se dan de bruces con las aspiraciones del gobierno.

El reclamo de taxistas y colectiveros para que se aumente la tarifa nocturna como consecuencia del mayor riesgo que se corre de noche va camino de equiparar a la zona metropolitana de Buenos Aires y el conurbano con la temida ciudad de San Pablo, donde cuando cae la tarde se pueden observar los helicópteros saliendo de las terrazas de los edificios corporativos llevando a prominentes empresarios que buscan evitar el riesgo que significa andar en auto por las calles paulistas.

El otro tema, el de la disparada de precios, parece haber comenzado a ser reconocido por la administración de Cristina, con la estrategia habitual: buscar un culpable, en este caso la concentración económica, y castigarlo.

Poco se dijo sobre la causa de fondo: la inversión, y por ende la oferta, no crecen, y así buena parte del consumo alentado desde el Banco Central vía emisión monetaria, no encuentra la suficiente cantidad de bienes y servicios.

Además, los dueños de los medios de producción, que a diferencia de los asalariados, trabajadores en negro, jubilados y desocupados, tienen la potestad de fijar precios, aprovechan la política económica expansiva para sumar rentabilidad y aplicar uno de los ajustes más severos desde el retorno de la democracia.

El análisis diametralmente opuesto sobre la inflación que hicieron el ministro Amado Boudou y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, refleja que los aumentos de precios empiezan a hacer ruido en las altas esferas del poder.

Ahora sólo falta que el "modelo" brinde una salida para paliar el tremendo impacto de la inseguridad y la inflación sobre la vida cotidiana de los argentinos.