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29 de marzo de 2024
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Por José Calero
Mucha plata en el bolsillo para el año electoral
15 de septiembre de 2006
El gobierno contará con mucha plata fresca en el bolsillo en el próximo año electoral, ya que a lo previsto formalmente en el Presupuesto deberá sumarse un crecimiento que terminará siendo superior al proyectado.

Esa mejora del Producto Bruto mayor a la prevista fue anticipada por Felisa Miceli a Néstor Kirchner, pero el presidente ordenó disimularla, por ahora.

El proyecto de Presupuesto enviado al Congreso prevé un crecimiento del 4 por ciento en la economía nacional durante el 2007, en otra muestra de que el gobierno apeló a la subestimación de las cifras, a sabiendas de que se logrará un resultado más abultado.

A diferencia de gobiernos anteriores, que en general pecaban de optimistas, la administración kirchnerista tiene una estrategia inversa: subestima las previsiones para luego echar mano a "gusto y piacere" de los fondos extra que aparecen y que el jefe de Gabinete puede manejar a discreción.

Ya hay preocupación entre dirigentes de una oposición casi paralizada, por la forma en que el presidente podría apelar a semejante poder de fuego capaz de congelar cualquier intento de disputar el poder en el 2007.

Según la letra fría del Presupuesto, un crecimiento del 4 por ciento le permitirá al Tesoro un ahorro de unos 7.100 millones de pesos, una vez que se pagaron todos los compromisos de deuda con el exterior, que rondan los 14.000 millones.

Pero si la economía crece más de los previsto, como todos esperan, habrá mucha más plata disponible.

¿Y cuánto puede crecer la economía? Con China demandando soja al galope y Argentina manteniendo una posición superavitaria en términos de intercambio –lo que el país le vende al mundo cuesta en promedio más de lo que compra- es posible que el Producto Bruto aumente entre 7 y 8 por ciento.

De movida nomás, el crecimiento del orden del 8 por ciento que tendrá la economía este año dejaría un arrastre estadístico de alrededor del 3,5 por ciento para el 2007, ese es el piso.

Aún contemplando la posibilidad de una crisis energética, que desde el gobierno garantizan no ocurrirá, la mayoría de las consultoras estima que la economía igual crecería un 6,5 por ciento.

Con un crecimiento mayor al estimado, los ingresos del Fisco se multiplicarán, como ocurrió este año, y el jefe de Gabinete, es decir, el presidente, podrá reasignar partidas, lo que dará un amplio margen de maniobra al gobierno para decidir, por ejemplo, si una obra se realiza en un distrito que le sea más favorable políticamente.

Con la inflación no

Es distinto el caso del costo de vida, donde el gobierno estimó entre 7 y 11 por ciento de suba para el año próximo.

Si la economía sigue creciendo y el gobierno sincera algunas variables tarifarias como las de la energía, los precios tenderían a ubicarse por encima de esa proyección, como parece preverlo el FMI, que alertó sobre un recalentamiento de la economía argentina.

Pero aquí Kirchner volvió a actuar políticamente: si Economía hubiese estimado una inflación más alta, habría creado la expectativa necesaria para ajustar los precios.

Esta evaluación contribuye a pensar que va perdiendo relevancia el Presupuesto Nacional como guía de los principales indicadores económicos, y también que el rol del Congreso se va volviendo secundario.

Esta utilización de un instrumento técnico, el proyecto de Presupuesto, como herramienta política, se ve también reflejada en que el gobierno se guardó la posibilidad de aplicar un fuerte aumento de jubilaciones hacia mediados del año próximo, que podría tener un gran poderío a la hora de arrastrar votos.

Otro punto que refleja el manejo político del Presupuesto es que, a diferencia de años anterior, el gobierno no difundió cuál es el valor del dólar que espera para el año próximo.

Aquí tampoco quieren crearse expectativas que alienten la especulación, pero los protagonistas económicos pierden un punto importante de referencia.

Igual, se cree que Economía quiere mantener al dólar por debajo de los 3,20 pesos, aunque con tendencia al alza, para garantizar el superávit.

Eso es evidente en el hecho de que el saldo comercial estimado para el año próximo supera los 25.000 millones de dólares.

Cita en Wall Street

Miceli dejó desairado en Singapur al titular del FMI luego de que el organismo alertó sobre un recalentamiento económico en la Argentina.

Le disgustó a Miceli, pero principalmente a Kirchner, que el titular del FMI, Rodrigo Rato, haya reclamado subir las tasas de interés y reducir el gasto público, minutos antes del encuentro que iban a mantener en el marco de la Asamblea del Fondo y del Banco Mundial.

Fue otra señal de que la relación entre la Argentina y el organismo multilateral va de mal en peor.

La ministra de Economía acompañará esta semana al presidente durante su paso por Estados Unidos.

En Nueva York, Kirchner arengará a empresarios para que inviertan en la Argentina.

El presidente espera encontrarse cara a cara con los principales inversores internacionales con el fin de ratificar el modelo económico aplicado en el país y decirles que pueden confiar en la seguridad jurídica de la Argentina.

Su mensaje estará dirigido especialmente a los número uno de las principales petroleras norteamericanas como Exxon y AES - dueña de Edelap-, porque en el gobierno creen que tienen mucho más para invertir en una Argentina sedienta de recursos energéticos.

Pero también se sentará frente a financistas que bajan la palanca a la hora de dar luz verde a economías emergentes como horizonte inversor, cuando se encuentre con directivos de Citicorp -gran aliado del modelo de los 90 criticado por Kirchner- Chase y Goldman Sachs.

Tras el reclamo de inversiones por parte de Kirchner, llegará la hora de las preguntas de los empresarios, y aquí no será raro que manifiesten sus dudas sobre la sustentabilidad de la provisión energética para el año próximo y se esperan críticas por el control de precios cada vez menos disimulado que aplica el gobierno, y que atenta contra la rentabilidad de las empresas.

La visita tendrá su nota de color, ya que se espera que Kirchner –rodeado de los número uno de las finanzas- encabece el tradicional toque de campana que todas las tardes anuncia la apertura de las operaciones en Wall Street.

Al lado del presidente habrá una presencia que también será una señal hacia el mercado: estará Paolo Rocca, mandamás del poderoso holding global Techint, a quien desde distintos sectores se mencionaba como posible padrino de la candidatura de Roberto Lavagna, una hipótesis que después de este gesto quedará totalmente de lado.