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25 de abril de 2024
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Por José Calero
Inflación y dólar "blue", fantasmas a ahuyentar
Siguen complicando porque impactan en la línea de flotación del poder adquisitivo de millones de argentinos y en la credibilidad de la principal iniciativa oficial para hacerse de divisas, los certificados CEDIN
14 de julio de 2013
Como dos fantasmas difíciles de ahuyentar, la inflación y el dólar paralelo siguen complicando el escenario económico porque impactan en la línea de flotación del poder adquisitivo de millones de argentinos con ingresos fijos y en la credibilidad de la principal iniciativa oficial para tratar de hacerse de divisas, los certificados CEDIN. Tras el endeble "acuerdo de precios" impuesto por el gobierno a empresas y supermercados, la olla a presión se destapó como se esperaba y las remarcaciones otra vez describen el panorama en las góndolas.

A esto se sumó que el "efecto aguinaldo" recalentó el mercado paralelo del dólar, que subió casi 5 por ciento en apenas tres días, a 8,35 pesos, a pesar de los pedidos que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, le hizo a los cambistas.

La presidenta Cristina Fernández le viene consultando a Moreno cuál es la fórmula para hacer desaparecer el problema del dólar "blue", y Moreno habría recomendado redoblar la presión sobre los principales operadores del mercado, mientras se espera que los certificados CEDIN posibiliten realimentar la oferta de divisas.

Curiosamente, a pesar de que dos temas que son responsabilidad de Moreno no estarían arrojando los resultados esperados por la Casa Rosada, esta semana comenzó a circular una versión que augura un ascenso para el polémico funcionario luego de las elecciones de octubre.

Esas versiones dicen que Cristina estaría evaluando ubicar tras los comicios a Moreno en el Ministerio de Economía para dar una imagen de profundización del rumbo en los dos años que le quedan de mandato, que podrían ser los más difíciles de su gestión.

Empresarios que suelen alabar los oídos del secretario en las reuniones que se realizan semanalmente en la denominada "escuelita", le dijeron a Moreno que él debería ser el ministro.

"¿Para qué? Acá somos todos soldados de una sola jefa, y ella imparte las órdenes y resuelve. El liderazgo es uno solo y los demás debemos acatar", respondió el funcionario, que esta semana debió prestar declaración indagatoria por supuesto abuso de poder.

Esa lealtad ciega es tal vez el capital político más fuerte que tiene Moreno, y explica la libertad y el poder de decisión que exhibe en cada uno de sus pasos, y que le habilita la Presidenta.

"Moreno es Cristina, no hay que confundirse", dijo el gerente de Asuntos Gubernamentales de una compañía de primera línea, que en su currículum colocó, además de sus antecedentes académicos, el trato que debe mantener periódicamente con el difícil funcionario.

El secretario de Comercio lo sabe y se ríe: "Así que ahora me usan para conseguir mejores laburos", bromeó en una de sus últimas reuniones.

Moreno es un hombre difícil pero su honestidad resiste por ahora cualquier auditoría, aseguran cerca del secretario, tal vez para diferenciarlo con cierta malicia de lo ocurrido con el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, ex mano derecha de Julio de De Vido y cuya detención fue ordenada por la Justicia en una causa por corrupción.

El funcionario también genera un sorprendente miedo en algunos jefes de cámaras empresarias de larga trayectoria.

A uno de ellos -íntimo de Moreno- se le ocurrió solidarizarse con periodistas de un diario a los que el secretario acusó de "tener las manos manchadas con sangre" por trabajar en ese medio.

El problema fue que el diario publicó al otro día ese llamado de solidaridad -entre muchos otros- y ahora el empresario recorre despachos para tratar de congraciarse con el funcionario.

Mientras esos minués del secretario todoterreno llenan páginas y ocupan espacio en los medios, el gobierno sigue minuto a minuto el comportamiento de los certificados Cedin, que arrancaron más lento de lo deseado.

En dos semanas se emitieron poco más de 3 millones de dólares y si bien en el gobierno confían que la mayoría del blanqueo va a entrar en las últimas semanas, esperaba más adhesión en estos primeros 15 días.

La expectativa es llegar a los 4.000 millones de dólares para fin de agosto, cuando vencerá el plazo, aunque podría haber una prórroga.

Por ahora se está a años luz de esa cifra, pero el gobierno no pierde las esperanzas de lograrlo.