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19 de abril de 2024
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Por José Calero
Volteretas en el aire ante el intríngulis buitre
Cristina Fernández buscó enviar un mensaje conciliador al juez más detestado por el kirchnerismo, el norteamericano Thomas Griesa. Busca una salida para la encrucijada que afronta su gobierno
22 de junio de 2014
En otro giro en la difícil encrucijada por el litigio con los fondos buitre, la presidenta Cristina Fernández buscó enviar un mensaje conciliador al juez más detestado por el kirchnerismo, el norteamericano Thomas Griesa. Lo hizo sólo horas después de que organizaciones ultrakirchneristas lideradas por La Cámpora repudiaran frente al Cabildo al propio Griesa y a los fondos buitre.

Alejada de esos cabildeos, Cristina aprovechó el acto por el Día de la Bandera en cadena nacional para tratar de enviar un mensaje al magistrado pero tratando de mostrar que no arriaba bandera alguna.

"Pedimos al juez en Nueva York que genere las condiciones para que se llegue a un acuerdo igualitario que sea beneficioso para el 100% de los acreedores", dijo la mandataria.

Su discurso tuvo cambios respecto de la dura cadena nacional pronunciada el lunes, horas después de recibir el baldazo de agua fría de la Corte Suprema de Estados Unidos, que mostró total indiferencia por el caso argentino con un simple término, "denied", para rechazar siquiera considerar el caso argentino.

Más calma tras ese gesto de los jueces que se pareció a un desprecio, a orillas del Paraná la presidenta señaló: "Sólo pedimos que se cuide al 92% de los bonistas de la misma manera que se cuida al 1%".

Cristina no pudo disimular los momentos de altísima tensión que atraviesa su gobierno, cruzado también por internas y viviendo el duelo de la acelerada proximidad de fin de ciclo, ante la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que favoreció a los holdouts y complicó a la Argentina.

Pero el aspecto sustancial de las palabras de la jefa de Estado estuvo dado por el pedido para que Griesa genere condiciones a la Argentina para "negociar y acordar" con los fondos especulativos.

"Dimos prueba de ello en varias deudas contraídas anteriormente", buscó recordarle la mandataria a un juez al que todo el arco kirchnerista salió a acusar de jugar a favor de los fondos buitre mientras publicaba fotomontajes que lo mostraban con un carancho sobre el hombro.

Los fondos buitre son como los "caranchos de la película", había dicho el martes Axel Kicillof, recordando el film de Ricardo Darín.

De aquella ´cátedra´ del ministro, en la que aseguró tener todo bajo control porque el tema había sido "estudiado" en profundidad, a este duro presente, pasaron pocos días, aunque parecen semanas por la magnitud de lo que está en juego.

Tal vez consciente de ello, Cristina se mostró conciliadora y más alejada de la denuncia de "extorsión" realizada el lunes.

Por si quedaban dudas de su giro, la mandataria dijo que en la Argentina "lo que sobra es buena fe y lo hemos demostrado haciéndonos cargo de las deudas".

También insinuó que buena parte del tema de la deuda quedará para el próximo gobierno, al sostener: "A mí me quedan un año y ocho meses de gobierno -en realidad menos de un año y seis meses-. Sería muy fácil acordar cualquier cosa. Pero antes que mi gobierno están la nación y la patria, con soberanía, con educación, con salud".

La negociación que pretende encarar la Argentina buscaría probablemente que los fondos buitre aceptaran un pago a cuenta hasta después del 31 de diciembre próximo.

Ese día vence la cláusula por la cual el 92% que entró al canje tiene derecho a reclamar un trato igualitario si a algún bonista se le mejora la oferta.

A partir del 2015 la Argentina, creen sus abogados, tendría las manos libres para pagarle a los fondos buitre lo que reclaman sin derecho a pataleo por parte del resto de los acreedores.

La premisa de la hora entonces es ganar tiempo, pero el problema es que enfrente está un juez enemistado con el gobierno, envalentonado por la decisión de la Corte de su país, y que parece seguir al milímetro cada frase que se suelta en la Argentina, para cuestionarla.

No sería raro así que Griesa tuviese en sus archivos el casi risueño ´análisis´ realizado en su momento por los ´intelectuales´ de Carta Abierta.

"En Griesa sólo hay determinación, un arquetipo que parece surgido de un comic... Es un rostro enjuto, tomado por una ancianidad que casi es un mecanismo de voracidad y astucia... Gozosamente cadavérico, picoteando basurales de la historia, su imagen concita el repudio de los pueblos, por reasentar las formas intrincadamente más oscuras del capitalismo norteamericano", analizaron los hombres del pensamiento kirchnerista.

Ahora, parte de la suerte financiera del país parece haber quedado en manos de ese mismo juez, encima poco afecto a las humoradas.