Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
26 de abril de 2024
Seguinos en
Por José Calero
Empresarios aspiran a un cambio de modelo
En el Coloquio de IDEA, los empresarios aguardan un arranque de 2016 con expectativas optimistas, sustentadas en un leve pero esperable crecimiento de ventas, exportaciones e inversión
16 de octubre de 2015
El convencimiento de que la Argentina ingresará en una nueva etapa en la relación entre el Estado y el sector privado, y que el próximo gobierno será más amigable hacia los mercados y buscará eliminar rápido el cepo cambiario y negociar la deuda externa, explica parte del optimismo visto en el Coloquio de IDEA, un encuentro habitualmente refractario a las políticas oficiales.

Los empresarios aguardan un arranque de 2016 con expectativas optimistas, sustentadas en un leve pero esperable crecimiento de ventas, exportaciones e inversión.

A cambio esperan mayor racionalidad por parte del aparato gubernamental, traducido en eliminación de impuestos distorsivos, reglas de juego claras e incentivos fiscales.

En esa lectura optimista ante un fin de ciclo predominó la sensación de que Daniel Scioli finalmente se alzará con la Presidencia, pero la lectura era que, a diferencia de lo que cree el ultrakirchnerismo, el gobernador bonaerense construirá una administración más amistosa con los mercados y pondrá en marcha un plan económico "más racional".

"El intervencionismo y el Estado elefantiásico tienen los días contados. La Argentina volverá a mirar el mundo", se entusiasmó el referente de una petrolera habitué de estos encuentros en los que el establishment suele colar sus propuestas.

Tal vez estas ideas aún difusas expliquen por qué por primera vez en cinco años mejoraron las expectativas de los empresarios para los próximos meses, según la habitual encuesta realizada por la consultora D`Alessio Irol para IDEA.

"Esta es la primera vez en muchos años que las respuestas positivas superan a las negativas", destacaron Eduardo D`Alessio y Dante Sica, autores del reporte.

La explicación que daban algunos empresarios en los pasillos del Sheraton Hotel de Mar del Plata es que más allá de quien gane, ya no habrá un Kirchner en la presidencia.
Es que la relación entre el empresariado de IDEA -reúne a los principal holdings de la Argentina pero también a muchas pymes- y el kirchnerismo fue yendo de mayor a menor a lo largo de doce años y medio de gobierno.

Para el kirchnerismo, IDEA siempre fue un espacio afín a las políticas aplicadas en los `90, y en esa lógica amigo-enemigo la relación con el gobierno se fue cortando.

A tal punto que semanas antes de ser despedido, Roberto Lavagna decidió hablar en el Coloquio, a pesar de que todos sus asesores se lo desaconsejaban.

Aún hoy la leyenda dice que Néstor Kirchner pidió su cabeza tras escuchar cómo lo aplaudían a rabiar los empresarios en pleno encuentro a orillas del mar.

Pero esa es historia antigua: ahora, casi seis de cada diez empresarios sondeados es optimista sobre lo que viene.

Esto es positivo para el próximo gobierno, ya que cada vez que ese sondeo dio negativo, el Producto Bruto se terminó enfriando, por lo que el estudio podría estar reflejando un escenario de crecimiento para el 2016.

"Voy a crear inmejorables condiciones para crecer", les garantizó el siempre entusiasta Scioli, quien también les pidió olvidarse de una posible falta de dólares y ponerse a invertir ya.

Scioli siempre mantuvo una relación cordial con los empresarios de IDEA, y en esta oportunidad lo observaron más suelto y dispuesto a bajar línea promercado.

Para muchos, fue una señal de que el gobernador empieza a liberarse de la tutela de Cristina Fernández, lo cual es muy positivo para los hombres de empresa.

Los más audaces se animaron a sostener que "Cristina ya fue" y arriesgaron que Scioli, el más probable ganador, le dará una impronta pro mercado a su gobierno e incluso buscará llegar a una salida para el interminable litigio por la deuda en default.

Buena parte de las preocupaciones empresariales surgieron a lo largo de este Coloquio cuya particularidad fue que se realizó diez días antes de las presidenciales.

La confusión entre Gobierno y Estado, la falta de respeto por la ley, la necesidad de invertir más en energía, el cepo cambiario, las caídas de reservas, las restricciones al comercio exterior, la ausencia de inversiones.

La preocupación que persiste entre muchos empresarios tal vez la haya hecho traslucir Miguel Kiguel, ex secretario de Finanzas de Carlos Menem, quien al exponer no dudó en apuntar a la línea de flotación de Scioli, aunque dejó una luz de acomodador encendida.

"Vienen turbulencias, no un tsunami, pero hará falta algo más que `fe, optimismo y esperanza` para superarlo lo más rápido posible", dijo Kiguel, cercano a Mauricio Macri.

Un auditorio de mil empresarios celebró jocoso la ocurrencia, justo cuando salía el sol por primera vez en tres días en Mar del Plata.