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26 de abril de 2024
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Por José Calero
Ensayo y error para enfrentar delicada situación social
El macrismo debió ceder modificaciones a la ley ómnibus sobre pago de sentencias a jubilados y blanqueo de capitales, a cambio de un horizonte de aprobación para esa iniciativa que considera clave
15 de junio de 2016
Como de ensayo y error podría definir la estrategia del oficialismo para avanzar en el Congreso con iniciativas consideradas clave.

El reflejo más evidente fue lo ocurrido en el Congreso, donde debió ceder modificaciones a la ley ómnibus sobre pago de sentencias a jubilados y blanqueo de capitales, a cambio de un horizonte de aprobación para esa iniciativa que considera clave.

El bloque de Cambiemos mantuvo maratónicas jornadas de trabajo con sus pares del Frente Renovador en busca de consensos que le permitieran llegar con la posibilidad de dar media sanción este miércoles a la ley que promete terminar con una enorme injusticia para millones de abuelos.

Mauricio Macri adoptó este proyecto como estandarte de su gobierno de cara a un año difícil, a tal punto que pidió dejar de lado otras iniciativas que tal vez queden para 2017, como la promoción para pequeñas y medianas empresas y al primer empleo.

Al principio, los operadores del PRO lo plantearon como una "bomba política y fiscal", aunque con el correr de las negociaciones el escenario se pobló de dudas, en especial por la cantidad de concesiones que debió realizar el oficialismo para que la ley ómnibus no desbarrancara.

Uno de los mayores escollos que se deberán sortear es que a esta altura quedó más que claro que parte del dinero destinado a abonar esas sentencias saldrá de la venta de acciones que el Estado posee, a través de la ANSeS, en 46 empresas.

Así, en la ley ómnibus el Congreso deberá derogar la iniciativa que Cristina Fernández le hizo votar a su entonces disciplinada tropa de legisladores en septiembre último, poniendo como requisito para la venta de esas esas acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, lograr dos tercios de votos en el Congreso.

Estimaciones de expertos en el sistema previsional proyectan que ese fondo posee unos 770.000 millones de pesos.

La esperanza del gobierno es reforzar en forma significativa ese respaldo con impuestos que ingresarán del blanqueo de capitales.

Alfonso Prat-Gay le dijo a Macri que el blanqueo puede captar más de 25.000 millones de dólares que están en cajas de seguridad o en muchas de las cuentas que pueblan los listados cada vez más comprometedores de los Panamá Papers.

En público, el ministro de Hacienda sostiene que con 20.000 millones de dólares el objetivo estará logrado, pero a esta altura esto aparece más una estrategia para sobredimensionar el "éxito" de la operación si los números terminan cerrando más arriba, como espera.

Las idas y vueltas también tienen un costado político, ya que si bien dicen que es fruto del consenso y de la apuesta al diálogo permanente, en la Casa Rosada están algo incómodos con el rol protagónico adoptado por el jefe del Frente Renovador, Sergio Massa, quien logró instalar la idea de que cada cambio o agregado introducido al proyecto, surge de los expertos que componen su "tanque de ideas".

Massa por ahora aparece como un aliado en muchas de las estrategias legislativas de Macri, pero a nadie escapa que el exjefe de Gabinete de Cristina Fernández está jugando su propio partido para lanzar su candidatura presidencial tras las legislativas del 2017.

Cambios clave, como permitir que las mujeres con aportes incompletos se sigan jubilando a los 60 años y que los asalariados no tributen Ganancias por el medio aguinaldo, fueron capitalizados por el massismo.

Algo similar ocurrió con el límite impuesto a la posibilidad de vender acciones de la ANSeS en las empresas (deberá mantener al menos un 7%).

Ese mínimo fue propuesto por el diputado Marco Lavagna, espada económica de Massa en el Congreso.

En el bloque de PRO lo aceptaron a regañadientes como un mal menor, pero no sin cierta malicia deslizaron frases que reflejan las tensiones del momento.

"Massa se quiere reservar la posibilidad de vender él ese 7% porque piensa que será presidente en 2019", torpedeó un hombre ya curtido en varias batallas del ahora oficialismo.

Pero Massa no es el único destinatario de los dardos disparados por los macristas de paladar negro.

Aseguran que los tiempos de "diálogo" que atraviesa el Parlamento sepultan los usos discrecionales que el kirchnerismo hizo del Congreso, convirtiéndolo en una "escribanía" que anuló un debate que, prometen, volvió para quedarse.

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Una política de ensayo y error para atender la delicada coyuntura social. Por @JoseCalero. https://t.co/revyRh9xW9

— Asteriscos.Tv (@AsteriscosTv) 15 de junio de 2016