Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
20 de abril de 2024
Seguinos en
Por José Calero
¿Nuevo reparto de poder en el manejo de la economía?
6 de mayo de 2006
En las últimas semanas, el panorama de quiénes mandan en la economía argentina arrojó matices significativos, y lo mejor sería ir tomando nota.

Hay un dato irrefutable del cual se anoticiaron en las principales cámaras empresarias: Felisa Miceli resignó parte del manejo de la economía en favor de un ascendente Guillermo Moreno.

Cuando le comunicaron que Moreno se haría cargo de la negociación por los precios, Miceli respiró aliviada porque eso le permitiría dedicarse de lleno a cuestiones centrales de la política económica, como las estrategias para sostener el crecimiento.

Pero la enorme dimensión que tomó el nuevo funcionario, que en la práctica depende de la ministra, ya obliga a preguntarse si no existe una nueva distribución del poder.

Encuentros por separado de ambos funcionarios con empresarios, ocurridos en la semana, generan algunas suspicacias y dan pistas de nuevas relaciones entre el gobierno y el sector privado.

Miceli debió soportar advertencias de los directivos de la Asociación Empresaria Argentina sobre la falta de claridad en las reglas de juego, y críticas por el manejo de la política en el mercado de carnes.

Los hombres poderosos de la Asociación Empresaria Argentina invitaron a la ministra para decirle, entre otras cosas, que se necesita respetar las reglas de juego para lograr un aumento de las inversiones privadas.

También le hicieron notar que los aumentos de salarios deben estar atados a la productividad.

Luis Pagani, el mandamás de AEA y del Grupo Arcor, salpicó el almuerzo con elogios al crecimiento económico y algunas señales de alerta.

Le dijo a Miceli que uno de los principales desafíos es contener el alza de precios y alertó que "la inflación atenta contra la productividad, la eficiencia y la competitividad de nuestras empresas".

Y, en lo podría interpretarse como un rechazo a la presión oficial por los precios, Pagani dijo que para combatir la inflación "el camino más adecuado es el de estimular, de todas las maneras posibles, un aumento de la inversión productiva".

En cambio, lejos de recibir "tirones de oreja", fue Moreno quien se ocupó de lanzar advertencias a cada uno de los interlocutores del empresariado con los que se reunió en los últimos días.

Los hombres de negocios son personas duchas en el manejo con los funcionarios, por lo que todo parece indicar que detrás de estas diferencias en el trato hay algo más que cuestiones de estilo.

Reflejaría que el empresariado empieza a observar a Moreno como un hombre con gran margen de maniobra y fortaleza en el Gobierno, y al que es mejor no hacer enojar.

El "supersecretario" de Comercio Interior usó palabras fuertes en la reunión con las compañías alimenticias, cuando les advirtió que toda suba de precios que apliquen de ahora en más deberá ser justificada "exhaustivamente" por un incremento de costos.

Incluso, les dijo que su Secretaría deberá saber con casi un mes de anticipación cualquier alza de precios.

La llegada de Moreno y sus superpoderes explican también qué piensa el presidente Kirchner.

El jefe de Estado sospecha que las industrias están decididas a recomponer los márgenes de utilidad perdidos en la crisis del 2001, y considera que debe evitarlo a cualquier costo porque puede hacer estallar el modelo económico y dinamitar su proyecto de reelección.

En el empresariado hay mucha prevención hacia lo que viene en la Argentina, que en algunos casos llega al espanto.

Creen que el Gobierno está a un paso de echar mano de los controles de precios en sectores clave de la economía, y por eso prefieren no hacer olas.

Eso explica que multinacionales de primera línea hayan hecho silencio cuando Moreno les lanzó advertencias de todo tipo en un encuentro realizado en la COPAL.

Los empresarios prefieren apelar a eufemismos para describir al enérgico secretario de Comercio Interior.

Cuando se los consulta, elogian su "firmeza" y que "sabe lo que quiere", pero en realidad querrían decir que "es mejor hacerle caso porque de lo contrario la represalia puede perjudicar nuestros negocios".

Los mismos empresarios califican de "franqueza" lo que en realidad serían palabras subidas de tono utilizadas en esas reuniones.

Cuando fue designado, Moreno se comprometió ante Kirchner a que la inflación de este año no superará el dígito.

En el primer cuatrimestre ya llegó casi al 4 por ciento -proyectando 12 por ciento para el año- pero si el funcionario lo logra, tal vez quede a un paso del ascenso y tenga destino de ministro.