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26 de abril de 2024
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Por José Calero
Macri busca inversiones para frenar tensión social
El ajuste ya costó 120 mil empleos, una fuerte inflación y cierre de pymes y comercios. El gobierno cree que lo peor ya pasó y quiere relanzar un programa que aún genera muchas dudas entre los inversores
11 de septiembre de 2016
Tras su activo paso por la cumbre del G20, el presidente Mauricio Macri espera utilizar el Foro de Inversiones en el CCK como otro imán para tratar de atraer capitales, en medio del debate sobre si con eso alcanzará para que la Argentina crezca en forma equitativa en una suerte de círculo virtuoso. Lo hará mientras crece el enfrentamiento con los sindicatos, que aspiran a reabrir las paritarias para compensar en parte la inflación de la primera parte del año y preparan un paro, y las organizaciones sociales, que reclaman más subsidios para paliar el drama del hambre en las barriadas populares.

El jefe de Estado está convencido de que atraer capitales para aumentar la oferta es el camino para empezar a revertir el proceso de ajuste que derivó en la desaparición de 120 mil puestos de trabajo en sus primeros meses de gobierno en el marco de lo que la Casa Rosada llama "sinceramiento de la economía", y la oposición califica de "ajuste brutal".

El riesgo de perder de vista el rol clave que tiene el consumo interno en la creación de un círculo virtuoso de producción fue alertado por el exministro de Economía Roberto Lavagna.

Enrolado ahora en el massismo, la palabra de Lavagna sigue teniendo peso en el mundo empresarial, especialmente en momentos en que existe nerviosismo entre los industriales porque se sienten amenazados por la crisis de Brasil y la ambición china de desembarcar con fuerza en el país.

La UIA y otras entidades empresariales vienen resistiendo la posibilidad de que la Argentina reconozca a China como "economía de mercado", y quedaron preocupadas tras la alfombra roja con que Macri fue recibido en el gigante asiático.

Los industriales dicen necesitar protección porque es imposible competir con los bajos salarios y la disciplinada fuerza laboral china.

El tema surgió en un debate que mantuvieron con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, hace un tiempo, y la respuesta los dejó helados.

"Vamos a empezar a abrir la economía y habrá que competir. No será de un día para el otro, pero en cuatro años habrá que salir a la cancha a competir con todo. Les damos ese plazo para irse entrenando", les dijo Prat-Gay.

Muchos sectores fabriles creen que lo que imagina Prat-Gay es casi ciencia ficción.

En especial los denominados "sectores sensibles", como textiles y calzado, que vienen fogoneando a Sergio Massa para instalar el proyecto que frena las importaciones por 120 días.

La punta de lanza es José Ignacio de Mendiguren, hombre de mil batallas, creador de la exitosa marca de ropa infantil Coniglio en los ´90 -la vendió en varios millones de dólares-, y lobbista permanente en pos de la defensa del mercado interno.

De Mendiguren compartió en 2002 con Lavagna el gabinete de emergencia de Eduardo Duhalde y siempre quedó señalado como uno de los ideólogos de la pesificación de deudas de las empresas.

Ya pasó mucho tiempo desde aquellos años aciagos, pero Mendiguren y Lavagna comparten la misma preocupación, en este caso por la apertura "indiscriminada" que estarían impulsando algunos sectores políticos.

No son los únicos: el poderoso grupo Techint observa con recelo, como el resto de la industria siderúrgica, cómo China podría arrasar con todo el aparato fabril de la Argentina si se le abren las puertas de par en par.

Es una pelea de largo aliento que tiene a mal traer a los industriales locales, los cuales buscan restringir al máximo el ingreso de importaciones.

Macri por ahora coincide en que es imposible competir con el poder de fuego de empresas chinas con espaldas interminables y respaldo financiero del gobierno asiático.

Pero cerca del presidente también se preguntan por qué el sistema productivo no aprovechó el fuerte proteccionismo aplicado por el kirchnerismo para reconvertirse, ganar en competitividad y prepararse para un futuro donde habrá rivales de mucho peso.

Temen que los empresarios hayan confiado en que la protección sería para siempre, así como muchos emprendimientos están en crisis porque se acostumbraron a vivir al amparo de la vaca lechera del Estado.

Ahora que empieza a terminarse el zafarrancho de gastos del kirchnerismo, hay que pagar la cuenta, y no hay plata.

"No nos sobra nada", recordó el presidente Macri. Como si hiciese falta. Esta semana, todo el gobierno tendrá asistencia perfecta a lo largo de los tres días que durará el Foro de Inversiones y Negocios en la Argentina.

Energía e Infraestructura serán dos de los ejes clave en los que los funcionarios convocarán a invertir a los muchos hombres de negocios de primer nivel que estarán en Buenos Aires.

Un capítulo interesante será el de las "reglas de juego", en el que hablarán la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y el jefe del BCRA, Federico Sturzenegger, previsto para el miércoles.

"¿Cómo puede retomar la Argentina un modelo de transparencia, calidad institucional y confianza?", es el eje de ese panel.

También es la pregunta del millón y habrá que ver si el equipo gubernamental está en condiciones de convencer a los asistentes de que conoce la receta para responderla en forma adecuada.