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29 de marzo de 2024
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Por José Calero
Macri quiere instalar la "Nueva Argentina"
Tras el "Mini Davos", se encontrará con inversores en Nueva York y buscará convencer al mundo en la ONU de que el país pretende abrirse al capital extranjero con reglas de juego claras y estables
18 de septiembre de 2016
Tras el Foro de Inversión y Negocios, cuyo impacto real sobre la economía podrá verse solo en el mediano plazo, el presidente Mauricio Macri emprenderá otro capítulo en su intento por seducir a inversores internacionales, en el marco de la Asamblea de la ONU y su paso por Wall Street.

La política económica del gobierno sigue teniendo el problema de que los datos positivos no se pueden traducir rápidamente en resultados, mientras las urgencias sociales se agolpan semana tras semana, y se traducen en protestas sociales cada vez más fuertes.

En el gobierno admiten que la sucesión de malas noticias en los primeros meses de gestión -devaluación, inflación y despidos-, dejó una huella de pesimismo que viene siendo difícil de remontar.

El gobierno no cede en su actitud de transmitir optimismo, pero cuando las necesidades básicas apremian es casi imposible hablar de proyectos de largo plazo para transformar la estructura económica del país.

"Las ideas de Macri son buenas y el rumbo correcto. La duda es si tendrá espaldas políticas para aplicarlas", repetían dos CEOs de multinacionales con filial en Buenos Aires que siguieron en detalle la primera jornada del Foro en el CCK.

Traducido en inversiones, el tema se trató sin pelos en la lengua en el panel sobre seguridad jurídica realizado en ese encuentro en el que participaron casi 2.000 ejecutivos.

Allí el interrogante que sobrevoló fue qué nivel de previsibilidad es capaz de ofrecer la administración Macri a largo plazo, más allá de que el mundo del capital se sienta mucho más cómodo con esta administración.

Hubo coincidencia entre empresarios y funcionarios en que la Argentina volverá a crecer en el 2017, y que ese repunte del Producto Bruto podría rondar el 4%.

Pero por ahora casi todas son malas noticias: la industria se desplomó 8%; la construcción 23%; el consumo no arranca, sino todo lo contrario, y el desempleo crece.

Son demasiados datos adversos como para tratar de disimularlos prometiendo un porvenir venturoso.

Hay urgencias aquí y ahora, y el gobierno sabe que debe atenderlas con eficacia para no dar pasto a las fieras, como quedó demostrado con los intentos de Cristina Fernández de instalar que se generaliza el "hambre" en la Argentina, como si sus ocho años de gestión y su constante derroche de recursos públicos no fueran parte importante de este presente.

Más allá de que el índice de inflación haya empezado a amainar, con 0,2% en agosto, la administración Macri sabe que en octubre, cuando espera aplicar el ajuste en las tarifas de gas, el costo de vida se disparará de nuevo.

En este escenario, preocupa el estado real de las cosas en el conurbano profundo, allí donde el peronismo está acostumbrado a mandar y también a hacer sentir el peso de su capacidad de movilización y protesta.

Por ahora, Macri sigue su estrategia de reclamar inversiones y hablar de las numerosas oportunidades que ofrece la Argentina.

Lo hace casi todos los días, y lo repitió en el Foro de Inversión y Negocios, donde lo más saliente fueron los 5.000 millones de dólares anunciados por la alemana Siemens, y no mucho más.

Igual, el gobierno contabilizó unos 40.000 millones de dólares en promesas de inversión "consolidadas" durante ese encuentro empresarial.

Es decir, las habían hecho, y las ratificaron en persona.

La estrategia se seguirá al pie de la letra en Nueva York, donde Macri les seguirá hablando a los inversores y los tratará de convencer de que la etapa de un gobierno refractario al capital se terminó por largo tiempo en la Argentina con la retirada del kirchnerismo y su retórica asfixiante.

Una nutrida presencia empresarial acompañará las gestiones del presidente, quien en Estados Unidos estará junto con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.

El jefe de Economía nunca dejó de alimentar los numerosos contactos que le dejó su paso por el JP Morgan, cuando hacía sus primeras armas en el mundo de las finanzas.

Marcelo Mindlin (CEO de Pampa Energía), Alejandro Bulgheroni (PAE), Miguel Gutiérrez (CEO de YPF), Martín Marrón (CEO para América latina y Canadá de JP Morgan) y Teófilo Lacroze (presidente de Shell Argentina) serán algunos de los número uno de empresas argentinas que ratificarán la oportunidad que representa la Argentina en sus contactos con quienes mueven miles de millones de dólares a diario.

Ante los referentes de Wall Street, Macri hablará en una jornada con título inequívoco: "Abriéndose al capital global, transformando la economía".

El mensaje será claro: "Entren ahora a la Argentina, más adelante les saldrá más caro".

Pero el gobierno deberá transmitir con claridad cuáles son los focos potenciales de inversión que ofrece el país: energía e infraestructura lideran ese ranking, pero también hay oportunidades en tecnología de punta, por el potencial en recursos humanos que tiene el país.

Si bien el plato fuerte de la presencia de Macri en Nueva York será su primera exposición como mandatario ante sus pares de la ONU, hay expectativa en el equipo económico por la participación en la jornada "La Nueva Argentina", en la Bolsa de Nueva York, donde haría sonar la célebre campana de cierre de operaciones.

El capital ya sabe que tiene un amigo en el gobierno argentino.

Solo quiere saber si llegó para quedarse largo tiempo en la Casa Rosada, o si está de paso.