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25 de abril de 2024
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Por José Calero
Una oportunidad única para el país
22 de diciembre de 2006
La Argentina se encuentra ante una oportunidad única en su revoltosa historia política y económica, con un país que alcanzó niveles de recuperación inéditos en medio siglo sin que a corto plazo aparezcan los viejos fantasmas de la recesión.

Cuatro años de crecimiento al 9 por ciento, cinco de superávit comercial, sostenido ahorro en las cuentas públicas, una industria en pleno desarrollo y un sistema financiero aún más sólido que en los 90, aunque parezca mentira luego del corralito, representan un cuadro de situación formidable para encarar el 2007 con optimismo.

Pero en el horizonte aparecen fuertes nubarrones, y los más potentes están vinculados con la energía y la inflación.

Desde mediados de diciembre las distribuidoras de electricidad debieron aplicar cortes en distintos puntos del conurbano bonaerense ante el recalentamiento de las redes de media tensión.

"Preferimos interrumpir el servicio un par de horas y no que se quemen los transformadores y debamos dejar sin luz a la gente un día entero", se sinceró un hombre cercano al sistema eléctrico, para graficar la magnitud del problema.

En la Ciudad de Buenos Aires los cortes se hicieron más evidentes con la última ola de calor, ya que distintos barrios sufrieron durante varias horas la caída del servicio.

Agustín Monteverde, un economista curtido en estas lides, advirtió que el gobierno "buscará que los cortes se concentren en las zonas de menos repercusión pública".

Aquí, algunos partidos de la periferia bonaerense llevarán las de perder, porque nadie quiere correr el riesgo de que vecinos de clase media de la Capital salgan enardecidos a hacer sonar su cacerolas en alguna avenida porteña. Otra vez emerge entonces la Argentina desigual.

Preocupa también que en algunas ciudades de la costa atlántica puedan producirse problemas de abastecimiento energético ante la gran cantidad de turistas que se trasladarán a la zona.

En el gobierno creen que el gran desafío será pasar enero, ya que es el mes donde más se concentra el calor y también la cantidad de veraneantes. ¿Una ventaja? En la costa casi no se utiliza aire acondicionado porque de día está la playa y las
noches suelen ser frescas.

Igual, en la órbita de Planificación Federal siguen haciendo números y calculando a diario los megavatios que produce la red de generación, para ver si cierran las cuentas.

La salida obligada de Embalse Río Tercero días atrás fue un semáforo amarillo, y también se sigue de cerca el funcionamiento de otras centrales como Atucha I.

Precios recalentados

Como suele ocurrir, las Fiestas llegaron con fuertes alzas de precios, por una combinación de mayor demanda y subas de costos para muchas empresas.

Quedó en evidencia el caso del pollo, un producto cada vez más presente en la dieta de los argentinos, pero los casos se multiplican.

Cada sector trata de disimularlo como puede, como hacen las alimenticias, que redujeron tamaños de productos y, en algunos casos, también la calidad.

Una encuesta entre consumidores realizada por la consultora Neder detectó que la mayoría de las quejas está vinculada con que la calidad y el tamaño de los alimentos empeoró en los últimos meses.

Curiosamente, muchas compañías de primera línea lanzaron nuevos packaging para fin de año, que en general tienen menos peso y, en ciertos casos, un sabor distinto, tal vez producto del ahorro de costos.

Ante la rigurosa presión del gobierno, las empresas optan así por sacrificar al consumidor antes que enfrentarse con un gobierno que las tiene a mal traer.

Gracias a esta marca hombre a hombre el Ejecutivo logra cerrar el año con una inflación de un dígito, aunque con un índice de costo de vida cada vez más divorciado entre los precios incluidos en los acuerdos y los libres.

Un trabajo reciente de la consultora Ecolatina advirtió que mientras que la inflación que surge de los acuerdos de precios es de un dígito, la del resto de los bienes y servicios de las economías más que duplica esos valores.

La política de precios del gobierno tiene mucho de maquillaje para consumidores cansados de ver cómo su presupuesto para supermercado alcanza para adquirir cada vez menos productos.

El año próximo también representará para el gobierno el desafío de instalar al país como un destino confiable para la inversión extranjera, algo que todavía no logró consolidar.

Un informe de la Conferencia de Naciones Unidades para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) señala que la Argentina es uno de los países con mayor potencial para atraer inversión externa, pero advierte que en el país persisten las trabas para hacerlo posible.

La prórroga de la Emergencia Económica, que ya cumplirá en el 2007 su sexto año, es mal vista desde el exterior, porque le da al gobierno amplios poderes para intervenir en la economía.

No son pocos los empresarios que han advertido que las tarifas congeladas y pesificadas espantan las inversiones, y hasta desde compañías con accionistas cercanos al gobierno alertan sobre este problema.

Por ello este escenario representa la oportunidad para que el país dé un salto cualitativo que combine reglas de juego claras en materia económica con instituciones que las respalden.

Desde sectores económicos sostienen que tal vez en el 2007 será tiempo de que Kirchner deje lado los decretos de necesidad y urgencia, y apunte más a leyes de largo aliento para recrear el círculo virtuoso que atraiga las inversiones necesarias para consolidar este crecimiento.

Tal vez por algunas de estas razones en la Casa Rosada creen que no es tiempo de relajarse o bajar la guardia. Eso explica la advertencia presidencial a los funcionarios que están planeando sus vacaciones.

¿Acaso los hombres que ocupan cargos públicos carecen del derecho del descanso? Kirchner no estaba pensando en esto cuando hizo el reproche, sino en que no quiere funcionarios a los que se les "escape la tortuga", para usar una frase maradoniana.

El ranking de funcionarios sin vacaciones

Por eso, este verano habrá breves descansos para los ministros, que deberán estar on line con sus dependencias por si aparece algún foco de conflicto.

El más "enchufado" será seguramente Julio De Vido, el ministro de Planificación que deberá lidiar con los calores y el temor de que se produzca la largamente anunciada crisis energética que hasta ahora sólo quedó en advertencias, algunas interesadas.

Detrás, en el ranking de los atareados, aparece Guillermo Moreno, el hombre obsesionado con los precios que deberá seguir presionando y lanzando advertencias para tratar de que la inflación se dispare lo menos posible.

Arranca cuesta abajo, porque según un estudio del Centro de Educación al Consumidor algunos precios ya se dispararon hasta 33 por ciento en la costa atlántica, pero el hombre promete dar batalla y salir con los tapones de punta a escrachar a los que
remarquen.

Pero también Felisa Miceli optará por un escaso tiempo de esparcimiento –apenas algunas escapadas de fin de semana- ya que en los próximos meses quiere comenzar a sentar las bases del Plan Productivo en el que viene trabajando.

Otro que tendrá poco espacio para el descanso en la órbita económica será el titular de la AFIP, Alberto Abad, quien prevé supervisar varios operativos antievasión en la costa atlántica.

Del otro lado de la General Paz será al inquieto Santiago Montoya quien también hará malabares para pelearle a los evasores en el campo de batalla: los comercios.

Algo similar ocurrirá con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, pero en este caso para combatir el empleo en negro.

El gobierno quiere un 2007 tranquilo en materia económica porque pretende dedicarse a ganar la mayoría de las elecciones anticipadas que habrá en distintas provincias y en la Capital.

Después llegará la pelea de fondo en octubre, por la presidencial.