El cambio de una funcionaria clave en el INDEC, el organismo encargado de las estadísticas, y la fuerte presión sobre distintos mercados como el de la carne, las frutas y verduras, y ahora los medicamentos, reflejan la gran preocupación del gobierno por mantener a raya los precios, que en enero se habrían disparado por encima del 1 por ciento.

Las proyecciones de las tres primeras semanas de enero venían arrojando un alza del 1,5 por ciento, pero en la última semana de ese mes se habría detectado una desaceleración que entusiasmó a los funcionarios y podría ubicar a la inflación en un escalón inferior, según se hizo trascender de fuentes oficiales.

Es que los aumentos en turismo y esparcimiento, los del servicio de medicina prepaga, taxis, cigarrillos y medicamentos impactaron sobre el costo de vida.

Pero, como contrapartida, otros rubros vinculados con servicios quedaron más quietos, y esto habría ayudado a que los precios no se dispararan tanto.

La decisión de cambiar a la responsable del índice de precios al consumidor, Graciela Bevacqua, levantó polvareda porque se produjo justo en momentos en que se está definiendo la inflación de enero.

Ese indicador es clave porque influirá en las negociaciones salariales en marcha y también se utiliza para actualizar distintas deudas, además de servir para definir el Coeficiente de Estabilización de Referencia, el popular CER.

Cerca del INDEC sostienen que Bevacqua habría sido desplazada por defender técnicamente la validez de los índices.

Y por negarse, amparándose en el secreto estadístico, a darle a Comercio Interior la lista de locales y comercios que los encuestadores visitan para relevar los precios.

En distintas oportunidades el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, habría intentado sin suerte conocer ese listado amparado por el secreto.

La intención, según se especula en el INDEC, habría sido que inspectores de esa secretaría visitaran esos comercios para sugerirle no aumentar precios.

En el organismo también aseguran que la desplazada funcionaria se negó a introducir "cambios metodológicos" que no respondieran a criterios internacionales.

Es que, más allá de sus limitaciones, la estadística oficial tiene el mérito de poder ser comprable con la de años anteriores.

El índice de inflación minorista también es un dato clave de la economía porque a menor inflación hay menos indigentes y pobres.

El gran desafío para Beatriz Paglieri, la nueva encargada de elaborar el costo de vida, será ahora mantener el prestigio del INDEC como organismo independiente en la elaboración de estadísticas.