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29 de marzo de 2024
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Por José Calero
Dólar en caja pero inflación por las nubes
Los altos costos, sumados a la fuerte presión impositiva y leyes laborales inadecuadas para los nuevos sistemas de producción completan un cuadro donde la industria fue el sector más afectado por la crisis
14 de enero de 2019
Con un dólar planchado sobre fines de 2018, la Argentina tuvo diez veces más inflación que Brasil en el año y las proyecciones para este 2019 electoral arrojan que los aumentos de precios en el país multiplicarán por siete a los del principal socio del Mercosur.

El INDEC difundirá esta semana el dato oficial de costo de vida, que habría rondado el 46% en el año, en buena medida explicado por una devaluación del 51% del peso.

Brasil prevé un costo de vida inferior al 4% en 2019, mientras que en la Argentina rondaría el 30%.

Estos ejemplos ilustran la falta de competitividad que tiene el país frente a otras naciones sudamericanas como el propio Brasil, Perú y Chile.

Explican también por qué a la Argentina le es complicado llegar con sus productos manufacturados a nuevos mercados.

Los altos costos, sumados a la fuerte presión impositiva y leyes laborales inadecuadas para los nuevos sistemas de producción completan un cuadro donde la industria fue el sector más afectado por la crisis durante el año que concluyó.

Además, el sector manufacturero explicó buena parte de los alrededor de 120 mil despidos que hubo en la actividad privada.

Uno de los sectores más afectados por los costos elevados el año anterior fue el transporte.

Según los datos de la cámara FADEEAC, los costos de llevar mercadería en camión fueron en 2018 los más elevados desde 2002 y superan en al menos 12 puntos a la inflación minorista récord de los últimos 27 años, estimada en 47%. .

Uno de los principales responsables de esa suba fue el combustible, que trepó 77% en esos doce meses y ya lleva acumulado un aumento de más del 100% desde la aplicación de la política de desregulación del mercado de hidrocarburos, en 2017.

El sector automotriz también fue muy afectado por la recesión del año anterior.

La venta de 0km cayó 40% en diciembre y 11% en el año. Sólo se salvaron los autos usados, cuyas ventas bajaron apenas 2,5% en el 2018.

La comercialización de vehículos usados más que duplicó a la de 0km, con 1,7 millones de unidades en 2018, todo un logro en una economía que derrapó muy fuerte.

Otro de los sectores muy afectados por la crisis fue el consumo masivo, que cayó 4,3% en diciembre.

En el 2018 la caída fue de sólo 1,5%, porque el primer cuatrimestre del año había sido positivo.

Pero un dato clave para explicar la caída fue que a pesar de las fiestas de fin de año y del cobro del aguinaldo, en diciembre no se logró repuntar el nivel de consumo en los supermercados y comercios de proximidad.

Un dato refleja que el declive de las variables económicas se fue profundizando a medida que avanzaba el 2018.

Noviembre y diciembre fueron los peores meses para el consumo masivo, con fuerte impacto sobre los autoservicios, en los cuales las ventas cayeron 8,7%, según la consultora Scentia.

Otro elemento que llama la atención es que la caída en las ventas en el interior del país duplicaron a las de la zona metropolitana: 10,7% contra 5,1% del AMBA.

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Dólar bajo control.

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La demanda de dólares aminoró fuerte sobre la parte final del año y el Banco Central debió salir esta semana a sostener la cotización, con la compra de US$ 60 millones en dos días.

Forma parte del acuerdo firmado con el FMI para recibir un fenomenal auxilio financiero y evitar caer en cesación de pagos.

El Fondo busca evitar un nuevo retraso cambiario que permita a inversores y ahorristas terminar quedándose con las divisas aportadas por el organismo, como ocurrió en otros tiempos en la Argentina.

El BCRA inició un leve proceso de desaceleración de tasas de interés, pero llevaría meses poder llevarlas a niveles razonables para fomentar el crecimiento de los sectores productivos.

Todo indica que el dólar quedará bajo control al menos en el primer semestre, ayudado por la baja de tasas en los Estados Unidos y por el ingreso muy fuerte de divisas que se producirá a partir de abril gracias a la campaña récord del agro.