20 de abril de 2024
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Por José Calero
La economía con fuerte presencia en la Plaza del Sí
19 de mayo de 2006
La economía ocupará un rol central el jueves en la Plaza del Sí, la amplia convocatoria lanzada desde el kirchnerismo para celebrar tres años de gobierno "pingüino".
Es que Néstor Kirchner podría ser considerado el presidente argentino más afecto a las cifras de la historia argentina.
Con excepción de los derechos humanos y otras cuestiones clave que no pueden medirse con la vara de los números y son muy caras en el ideario presidencial, para Kirchner la importancia de las políticas de Estado guarda relación directa con el impacto económico que tienen sobre la vida cotidiana.
Kirchner recuerda de memoria los números clave de la economía argentina y muchas veces se convierte en la pesadilla de secretarios y subsecretarios que deben ir "en vivo y en directo" a rendirle cuentas sobre distintos temas.
Ya es célebre la pretensión presidencial de que se le envíe un fax diario con la evolución de las reservas y la cotización del dólar, entre otras variables, cada vez que viaja al exterior.
Los ministros están acostumbrados: a Felisa Miceli no la inmuta que Kirchner pueda llamar directamente al secretario de Agricultura o al de Industria para pedirle precisiones sobre un tema.
Menos le preocupa a un hombre fogueado como Julio De Vido que el Presidente reclame en persona al secretario de Energía para explicarle qué pasa con las reservas de hidrocarburos.
"En este gobierno no existen problemas de ´puenteo´ entre funcionarios porque todos los caminos conducen al despacho presidencial", explicó un hombre que conoce al kirchnerismo desde la época en que carecía de proyección nacional y nadie imaginaba que Kirchner podía llegar a la Rosada.
En esta lógica se inscribe el hecho de que, con vistas a la Plaza del Sí, Economía no sólo debió informar los hechos más relevantes del último año de gestión, sino que tuvo que ampliar esa presentación a toda la gestión de tres años del patagónico.
El crecimiento imparable del Producto Bruto, la reducción a la mitad del desempleo, la caída de la pobreza, la renegociación de la deuda y el pago al FMI, el incremento de la inversión, el auge exportador y la estabilidad económica serán argumentos centrales presentes en la movilización del jueves, en la que el gobierno espera convocar a 100 mil personas.
Felisa dio la nota
La ministra de Economía sorprendió a más de uno en el gobierno por los resultados de una encuesta que la muestran con una imagen favorable para casi el 48 por ciento de los consultados.
Ocupa el cuarto lugar, después de Kirchner, su esposa Cristina y Roberto Lavagna -quien en los últimos días comenzó a ganar mayor presencia en la arena política para molestia del gobierno--, entre las figuras del oficialismo con mejor imagen.
A Miceli la favoreció el mantenimiento del crecimiento de la economía, aunque todavía es una funcionaria con bajo nivel de conocimiento en la opinión pública: el 38 por ciento de los consultados no sabe quién es.
Ajena a estos números, la ministra se reúne casi a diario con su mesa chica de colaboradores, para analizar mecanismos destinados a hacer sostenible el crecimiento de la economía en el mediano y largo plazo.
Nadie puede esperar que de esos encuentros salga un plan económico hecho y derecho, pero todo indica que Felisa busca hacer "sintonía fina" con variables clave de la economía para consolidar el modelo vigente.
La carne tendrá que esperar
Por más presión que reciba del sector agropecuario, el gobierno tomó la decisión de dejar en ´stand by´ la reapertura de las exportaciones de carne.
La decisión la tomó el presidente Kirchner y la estrategia es la siguiente: la semana próxima se espera que las entidades agropecuarias presenten sus inquietudes respecto del Plan Ganadero presentado por Economía.
Sobre la base de esas propuestas, el Palacio de Hacienda redactará el proyecto final para fomentar el desarrollo del sector cárnico y aumentar el stock de ganado.
Recién luego de la consolidación de ese plan, y siempre y cuando se mantenga la rebaja de precios de la carne, el gobierno comenzará a mirar con lupa la posibilidad de ir levantando las exportaciones de carne.
El tema va para largo y amenaza con reforzar los argumentos de sectores del campo que vienen sacándole punta a la idea de lanzar un paro agropecuario.
Es que Néstor Kirchner podría ser considerado el presidente argentino más afecto a las cifras de la historia argentina.
Con excepción de los derechos humanos y otras cuestiones clave que no pueden medirse con la vara de los números y son muy caras en el ideario presidencial, para Kirchner la importancia de las políticas de Estado guarda relación directa con el impacto económico que tienen sobre la vida cotidiana.
Kirchner recuerda de memoria los números clave de la economía argentina y muchas veces se convierte en la pesadilla de secretarios y subsecretarios que deben ir "en vivo y en directo" a rendirle cuentas sobre distintos temas.
Ya es célebre la pretensión presidencial de que se le envíe un fax diario con la evolución de las reservas y la cotización del dólar, entre otras variables, cada vez que viaja al exterior.
Los ministros están acostumbrados: a Felisa Miceli no la inmuta que Kirchner pueda llamar directamente al secretario de Agricultura o al de Industria para pedirle precisiones sobre un tema.
Menos le preocupa a un hombre fogueado como Julio De Vido que el Presidente reclame en persona al secretario de Energía para explicarle qué pasa con las reservas de hidrocarburos.
"En este gobierno no existen problemas de ´puenteo´ entre funcionarios porque todos los caminos conducen al despacho presidencial", explicó un hombre que conoce al kirchnerismo desde la época en que carecía de proyección nacional y nadie imaginaba que Kirchner podía llegar a la Rosada.
En esta lógica se inscribe el hecho de que, con vistas a la Plaza del Sí, Economía no sólo debió informar los hechos más relevantes del último año de gestión, sino que tuvo que ampliar esa presentación a toda la gestión de tres años del patagónico.
El crecimiento imparable del Producto Bruto, la reducción a la mitad del desempleo, la caída de la pobreza, la renegociación de la deuda y el pago al FMI, el incremento de la inversión, el auge exportador y la estabilidad económica serán argumentos centrales presentes en la movilización del jueves, en la que el gobierno espera convocar a 100 mil personas.
Felisa dio la nota
La ministra de Economía sorprendió a más de uno en el gobierno por los resultados de una encuesta que la muestran con una imagen favorable para casi el 48 por ciento de los consultados.
Ocupa el cuarto lugar, después de Kirchner, su esposa Cristina y Roberto Lavagna -quien en los últimos días comenzó a ganar mayor presencia en la arena política para molestia del gobierno--, entre las figuras del oficialismo con mejor imagen.
A Miceli la favoreció el mantenimiento del crecimiento de la economía, aunque todavía es una funcionaria con bajo nivel de conocimiento en la opinión pública: el 38 por ciento de los consultados no sabe quién es.
Ajena a estos números, la ministra se reúne casi a diario con su mesa chica de colaboradores, para analizar mecanismos destinados a hacer sostenible el crecimiento de la economía en el mediano y largo plazo.
Nadie puede esperar que de esos encuentros salga un plan económico hecho y derecho, pero todo indica que Felisa busca hacer "sintonía fina" con variables clave de la economía para consolidar el modelo vigente.
La carne tendrá que esperar
Por más presión que reciba del sector agropecuario, el gobierno tomó la decisión de dejar en ´stand by´ la reapertura de las exportaciones de carne.
La decisión la tomó el presidente Kirchner y la estrategia es la siguiente: la semana próxima se espera que las entidades agropecuarias presenten sus inquietudes respecto del Plan Ganadero presentado por Economía.
Sobre la base de esas propuestas, el Palacio de Hacienda redactará el proyecto final para fomentar el desarrollo del sector cárnico y aumentar el stock de ganado.
Recién luego de la consolidación de ese plan, y siempre y cuando se mantenga la rebaja de precios de la carne, el gobierno comenzará a mirar con lupa la posibilidad de ir levantando las exportaciones de carne.
El tema va para largo y amenaza con reforzar los argumentos de sectores del campo que vienen sacándole punta a la idea de lanzar un paro agropecuario.