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26 de abril de 2024
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Por José Calero
Un domingo que enciende alertas en el kirchnerismo
24 de junio de 2007
La segunda vuelta en la Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego dejaron derrotado al kirchnerismo.

Pero ni el oficialismo ni la oposición deberían confundirse con el resultado que arrojaron las urnas en estos comicios.

Si bien con el triunfo de Mauricio Macri surge un nuevo liderazgo opositor, el mensaje de la Ciudad de Buenos Aires tuvo un fuerte contenido local. Y algo similar ocurrió en la provincia más austral, donde a los cuestionamientos a la gobernación de Hugo Cóccaro se sumó la imagen de renovación y respecto a las instituciones que resumió la arista Fabiana Ríos.

Los ciudadanos de Buenos Aires decidieron darle finalmente la oportunidad al centroderecha, porque las experiencias de centroizquierda no fueron satisfactorias hasta ahora en el distrito que es caja de resonancia de la Argentina.

Pero de ningún modo debería pensarse que la Argentina está virando hacia esos destinos políticos, ya que muchos de los votantes de Macri, lo serán del kirchnerismo en octubre.

En la Casa Rosada tampoco deberían confundirse y pensar que la Capital es un caso aislado, ya que hay muchos cuestionamientos de la ciudadanía a cierta soberbia que exhiben funcionarios del gobierno nacional.

Así puede leerse también el resultado electoral en la Capital, donde Daniel Filmus hizo un esfuerzo titánico, pero quedó lejos.

Hasta ahora, los gobiernos que se sucedieron en la Ciudad se manejaron bien en aspectos culturales, educativos y hasta sociales, si se quiere, pero poco pudieron hacer por cuestiones centrales para los porteños, como la inseguridad, las inundaciones y el caos vehicular, entre muchos otros.

Ese será el gran desafío para Macri. Conservar los avances que tuvo la Captial en los últimos años, pero concretar las grandes obras pendientes.

Se espera que insista en la necesidad de tener policía propia, lo cual de lograrlo implicará un riesgo.

Pero en especial que destine los recursos a terminar con las inundaciones, hacer una ciudad más segura y ordenar el descontrol del tránsito.

Los piquetes, que todavía son una pesadilla para los porteños, serán uno de los desafíos a afrontar por Macri, que ya anticipó su intención de ponerle límites.

Algo similar ocurre con los cartoneros que, según prometieron desde PRO, deberán realizar sus tareas en lugares especiales y con criterios de salubridad.

Pero tal vez el punto más confuso de la gestión de Macri será cómo convivir con la Casa Rosada, donde se espera que a partir de diciembre continúe gobernando el kirchnerismo.

EL líder de PRO, ganador en Boca pero sin experiencia de gestión pública, deberá hacer malabares para evitar que los tironeos con el kirchnerismo terminen convirtiendo a su gobierno en un calvario.