La crisis cada vez más seria en los mercados internacionales pareció potenciarse hoy por ciertos cortocircuitos de la macroeconomía local, que los fondos de inversión y operadores siguen con el rabillo del ojo, mientras esperan noticias sobre la debacle de las hipotecas norteamericanas.

Se suele decir que cuando Estados Unidos estornuda el resto del mundo se resfría, y esto en la Argentina se vivió a pleno en este miércoles negro, donde las líderes perdieron más del 5 por ciento mientras Wall Street se desbarrancaba el 1,2 por ciento.

Crecieron fuerte en los Estados Unidos los rumores de quiebra del mayor prestamista hipotecario de ese país, Countrywide, en medio de la crisis cada vez mayor de las hipotecas de riesgo en ese país.

La huida en tropel que están protagonizando los fondos de inversión se debe a que buscan posiciones menos riesgosas que un mercado de bonos y acciones, donde parece que el agotamiento de la liquidez está a la vuelta de la esquina.

La Argentina resultó una de las plazas más perjudicadas por la volatilidad de las inversiones, y una de las explicaciones que ensayaban los analistas locales es que en el mercado local existe un "plus de desconfianza" que se suma a la feroz estampida
internacional.

Esa desconfianza adicional se origina en dos motivos centrales:

- Informes privados advierten que, en un año electol, el nivel de gasto está creciendo a un ritmo muy superior al de la recaudación.

Mientras que los ingresos impositivos crecen 31 por ciento en un año, el gasto público lo hace en 42 por ciento, y esto reduce paulatinamente el superávit fiscal, uno de los puntos fuertes que exhibe el gobierno.

- Los índices que informa el INDEC, que sirven para actualizar la cotización de algunos bonos, continúan en tela de juicio y se consideran alejados de la realidad inflacionaria.

Los operadores económicos ponen el grito en el cielo por las manipulaciones en el INDEC, que generan incertidumbre sobbre un dato clave como la inflación, pero también sobre el Producto Bruto.

En el mercado dicen que entre 10 y 20 por ciento, cualquier costo de vida es posible para este año en la Argentina, y eso golpea la previsibilidad.

Así, en un año que tiene las tensiones propias del período preelectoral, la debacle de los mercados financieros vino a complicar el clima de tranquilidad económica que desde la Casa Rosada pretendían en el marco de la campaña "Cristina, el cambio recién empieza".