Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
19 de abril de 2024
Seguinos en
Por José Calero
Alianza con la industria y señales al mundo financiero
9 de septiembre de 2007
Destacados:

En la UIA le prepararon la despedida anticipada a Kirchner en
un multitudinario escenario servido en bandeja en Parque Norte.

Está muy claro que para el establishment económico de la
Argentina un triunfo de la senadora Cristina Fernández permitirá
garantizar la gobernabilidad en la Argentina.

La Argentina parece encaminarse a construir una nueva relación
con el poder económico mundial, pero desde una posición de mayor
fortaleza.

- - -
Son tiempos de final de un ciclo para el presidente Néstor
Kirchner, quien está a escasos tres meses de dejar el poder, y así
lo vivió esta semana en su relación con el empresariado, que lo
despidió con gloria pero sin pena, convencido de que habrá
continuidad en el rumbo económico.

En la UIA le prepararon la despedida anticipada en un
multitudinario escenario servido en bandeja el jueves en Parque
Norte, donde más de 1.200 industriales lo aplaudieron a rabiar y
lo distinguieron por su "gestión en la histórica recuperación de
la Industria en la Argentina", con una placa recordatoria.

"¡Qué discurso presidente! Desde Carlos Pellegrini que no
teníamos un jefe de Estado tan industrialista", lo elogió el
titular de una de las más poderosas cámaras fabriles que integran
la UIA, apenas terminó de hablar en ese encuentro.

Kirchner se sonrojó un poco y apeló a la modestia: "¿Le parece,
para tanto?", atinó a decir, mientras continuaba recibiendo
elogios y efusivos apretones de manos de los industriales.

No fueron los únicos. Un día antes, en San Nicolás, recibió
elogios a granel de parte del número uno de Techint, Paolo Rocca,
quien subrayó el perfil "netamente industrialista" del jefe de Estado.

Casi una devolución de gentilezas: cuando arreciaba el
conflicto entre Techint y Hugo Chávez, Kirchner le avisó al
presidente de Venezuela que Rocca era "uno de los tres mejores
empresarios de la Argentina". Después, el conflicto se arregló.

No serán los últimos acontecimientos empresarios que esperan a
Kirchner antes de la partida: la CAME prepara un gran encuentro de
la pequeña y mediana empresa para noviembre, en el cual aspira a
contar con su presencia y despedirlo con honores.

Y en IDEA, que nuclea a las 300 compañías más grandes de la
Argentina, realizarán su Coloquio a principios de ese mes donde
aguardan que la estrella sea una Cristina ya consagrada
presidenta, pero en el cual también esperan ratificar una
"reconciliación" definitiva con Kirchner, con quien se cruzaron en
más de una oportunidad al inicio de su mandato.

Está muy claro que para el establishment económico de la
Argentina un triunfo de la senadora Cristina Fernández permitirá
garantizar la gobernabilidad en la Argentina.

En cambio, los empresarios consideran que la oposición,
atomizada como está, no brinda las mismas garantías.

Desde la óptica empresaria, ni Roberto Lavagna, ni Elisa
Carrió, ni Ricardo López Murphy tienen chances de poner en riesgo
la candidatura presidencial del oficialismo, y actúan en consecuencia.

Señales

Dos señales contundentes dio Kirchner esta semana hacia el
mundo de los negocios: manifestó la necesidad de ratificar el
rumbo económico y pidió ayuda para hacerlo, pero también adelantó
alguna "sintonía fina" que llegaría de la mano de Cristina.

El compromiso de mantener el dólar alto, el fomento de las
exportaciones y la protección a la industria sonó a música en los
oídos ansiosos de los dueños de fábricas cada vez más humeantes.

Mientras que la revelación de que la candidata quiere aumentar
el superávit fiscal pareció un mensaje dirigido al sistema
financiero, que viene advirtiendo sobre una suba del gasto público
que impacta sobre el ahorro público.

Informes que se presentaron en el encuentro del IAEF en El
Calafate alertaron sobre el alza en el costo del dinero y
señalaron que existe una desaceleración de las inversiones.

"Los años de los proyectos de inversiones de alto impacto
parecen haber terminado y la autofinanciación como principal
fuente de recursos podría presentar obstáculos", consignó un
trabajo de la consultora Ernest & Young presentado en ese foro que
nuclea a los ejecutivos de finanzas.

"Cristina siempre me dice que estamos gastando mucho. Ella
buscará un superávit del 4 por ciento del PBI", anticipó Kirchner
ante los industriales, convertido en jefe de campaña de su esposa.

En la industria consideran acertado robustecer el frente
fiscal, en especial luego de la turbulencia bursátil derivada de
la debacle del sistema de hipotecas de los Estados Unidos, que
todavía no terminó y derivará en un ajuste financiero internacional.

Pero también consideran necesario no perder de vista el mercado
interno, y en eso también coinciden con Kirchner, quien este año
volcó unos 5.000 millones de pesos al consumo vía rebajas
impositivas, y aumentos de jubilaciones y asignaciones familiares.

¿El fin de las peleas?

En la Casa Rosada imaginan también que la eventual llegada de
Cristina a la presidencia representará el fin de las peleas con
los organismos multilaterales.

Se notó en los elogios de Kirchner al candidato más firme a
encabezar el FMI, el francés Dominique Strauss-Kahn, quien se
mostró comprensivo ante las furiosas críticas argentinas contra el
Fondo.

Si la armonía se mantiene, está cantado que la Argentina
acompañará esta candidatura como lo harán la mayoría de las
naciones europeas y Estados Unidos, por lo que el ministro de
Economía galo tiene destino seguro al frente de un organismo que
deberá barajar y dar de nuevo porque sirvió de poco para ayudar a
naciones en crisis.

También se espera que en los próximos meses la Argentina logre
renegociar la deuda con el Club de París por unos 6.500 millones
de dólares, uno de los objetivos centrales que se fijó el ministro
de Economía, Miguel Peirano.

"Arreglar la deuda con el Club de París ayudaría a las grandes
empresas a resolver sus necesidades de financiamiento en el
exterior", razonó Beatriz Nofal, la influyente jefa de la Agencia
Nacional de Desarrollo e Inversiones.

La Argentina parece encaminarse a construir una nueva relación
con el poder económico mundial, pero desde una posición de mayor
fortaleza asentada sobre sus reservas, que si bien cayeron en más
de 1.000 millones de dólares por las turbulencias financieras, se
mantienen por encima de los 43.000 millones.

Habrá que ver si los grandes jugadores del mundo financiero
internacional están dispuestos a darle la bienvenida, o volverán a
recordarle que, para ellos, el país todavía no resolvió un tema
clave: los bonos de la deuda por más de 20.000 millones de dólares
que quedaron fuera del canje y, por ahora, son apenas "papel pintado".