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26 de abril de 2024
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Por Emiliano Rodríguez
Argentina, con garra y corazón
25 de junio de 2006
La Selección ganó frente a México un partido tan valioso en la faz anímica como aquel del histórico 16 de junio en Gelsenkirchen, cuando goleó 6-0 a Serbia y Montenegro. Sin jugar bien, pero con garra y corazón, Argentina superó a un duro conjunto azteca y ahora quiere dejar fuera de combate al dueño de casa en el Mundial.

México impuso un ritmo avasallador en el tramo inicial del partido, ante un equipo argentino durativo y falto de reacción. Los dirigidos por Ricardo Lavolpe mostraron una furia similar a la que tuvo Inglaterra hace cuatro años en Sapporo y jugaron el partido como un clásico, a diferencia del conjunto nacional.

Pero la Selección supo reacomodarse sobre la marcha y haber llegado rápidamente al empate después de que México se pusiera en ventaja fue clave en el desenlace del encuentro. Con el pleito algo más equilibrado en el segundo tiempo, Argentina trató de soltarse y mostrar pinceladas del buen trato del balón que distingue su juego, aunque el rival siempre lo aguardó agazapado.

México redondeó un planteo táctico impecable, porque le quitó la pelota de entrada a la Selección, le cerró espacios de tres cuartos hacia atrás y abrió la cancha con pelotazos cruzados o pases largos que llevó al conjunto de José Pekerman a correr mucho en su afán de recuperar el balón. Esta clase de partidos se ganan con amor propio y cojones, como quedó demostrado en Leipzig.

Una genialidad de Maxi Rodríguez permitió finalmente a Argentina imponerse por 2 a 1 y avanzar a los cuartos de final, instancia en la que se medirá con el equipo anfitrión, Alemania.

"Nosotros queremos quedarnos en el Mundial hasta el último día, y eso significa que tenemos que ganar y pasar a las semifinales", aseguró el arquero Roberto Abbondanzieri, de cara al choque de titanes del próximo viernes en Berlín.

Con las pulsaciones aún aceleradas tras el emotivo encuentro del sábado, la expectativa que genera el duelo contra los alemanes crece a pasos agigantados.

Después del sufrido triunfo ante México, da la sensación de que Argentina debería llegar más curtida a su próximo compromiso. El equipo tuvo que madurar de golpe luego de haber disfrutado de un mundo color de rosa en las horas posteriores a la histórica victoria frente a Serbia y Montenegro, por la fase inicial.

De todos modos, tanto aquel triunfo como éste frente a los aztecas son igualmente valiosos para reforzar la confianza del grupo y brindarle ánimo de cara al futuro inmediato.

Argentina demostró que sabe luchar con los dientes apretados en pos de un objetivo y que cuando no se puede jugar bonito, el jugador albiceleste enciende la llama sagrada que lleva adentro y deja el alma en la cancha. Eso también es un mérito.