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18 de abril de 2024
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El mensaje de Juan Pablo II
El Papa condenó la violencia, el hambre y el aborto, y defendió el matrimonio
Mantuvo con mano de hierro la doctrina ortodoxa de la Iglesia. Contribuyó al retroceso del comunismo, tendió un puente con los judíos, denunció las desigualdades derivadas del capitalismo salvaje y luchó contra el terrorismo.
1 de enero de 2000
04/04-05

El Papa Juan Pablo II sentó en su largo reinado de 26 años y 5 meses una concepción doctrinaria firme y posiciones políticas que se preocupó por transmitir a todo el mundo a partir de su visita a 134 países.

Esta es una síntesis de los postulados del pontífice en los principales temas que abordó, tomada de uno de sus últimos discursos ante embajadores acreditados en la Santa Sede.

La cuestión social

“La tierra tiene recursos abundantes y variados para alimentar a todos sus habitantes. A pesar de esto, los datos publicados sobre el hambre en el mundo son dramáticos. Millones de seres humanos sufren gravemente desnutrición, y cada año millones de niños mueren de hambre”.

Aborto y clonación

El desafío de la vida se está haciendo cada vez más amplio y crucial. Se ha ido centrando en el inicio de la vida humana, cuando el hombre es más débil y debe ser protegido mejor. Concepciones opuestas se enfrentan sobre temas como el aborto, la procreación asistida, el uso de células madres embrionarias humanas con finalidades científicas, la clonación”.

La Familia “En algunos países, la familia está amenazada por una legislación que atenta su estructura natural, que sólo puede ser la de la unión entre un hombre y una mujer, fundada en el matrimonio”.

“No puede admitirse que la familia se vea amenazada por leyes dictadas por una visión restrictiva y antinatural”.

Violencia y terrorismo

“En países de Oriente Medio, de África, de Asia y de América Latina, el recurso a las armas y a la violencia produce daños materiales incalculables, fomenta el odio y acrecienta las causas de discordia”.

“A estos trágicos males se añade el fenómeno cruel e inhumano del terrorismo, flagelo que ha alcanzado una dimensión planetaria desconocida por las generaciones anteriores. A la prepotencia se debe oponer la razón”.

EL PAPA Y LA ARGENTINA

Juan Pablo II tuvo influencia decisiva en varios momentos de la historia política argentina, aunque visitó el país sólo en dos oportunidades.

La primera intervención papal fue en 1978 cuando envió al cardenal Antonio Samoré como mediador en el acelerado conflicto entre la Argentina y Chile.

Juan Pablo II apuntaló la acción con un mensaje que difundió el 12 de diciembre de 1978 desde el Vaticano

En ese mensaje dirigido a los entonces presidentes de las dictaduras de ambos países, Jorge Videla y Augusto Pinochet, se refirió al rol de Samoré y las reuniones que se iniciarían a fin de año con los cancilleres de ambos países y Juan Pablo II señaló:

“Quiero dirigir mi atención al inminente encuentro entre los señores Cancilleres de Argentina y Chile con la viva esperanza de ver superada la controversia que divide a vuestros Países y que tanta angustia causa en mi ánimo”.

“Ojalá el coloquio allane el camino para una ulterior reflexión. Podrán prevalecer así las exigencias de la justicia, de la equidad y de la prudencia, como fundamento seguro y estable de la convivencia fraterna de vuestros pueblos, respondiendo a su profunda aspiración a la paz interna y externa, sobre las cuales construir un futuro mejor”.

El diálogo no prejuzga los derechos y amplía el campo de las posibilidades razonables, haciendo honor a cuantos tienen la valentía y la cordura de continuarlo incansablemente contra todos los obstáculos”.

“Será una solicitud bendecida por Dios y sostenida por el consenso de vuestros pueblos y el aplauso de la comunidad internacional”.

PRIMERA VISITA

Cuatro años más tarde, en 1982, Juan Pablo II llegó por primera vez a la Argentina y el 11 de junio dirigió un mensaje desde la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires.

Fue en el final de la guerra por la recuperación de la soberanía de las Islas Malvinas, y mencionó el tema en su mensaje.

“La necesidad de establecer un clima de fraternidad nos lleva a hablar de la reconciliación al interior de la Iglesia y de la sociedad. Particularmente en los delicados momentos actuales que la hacen mucho más obligatoria y urgente”.

“Todos conocemos las tensiones y heridas que han dejado su huella, agravadas por los recientes acontecimientos, en la sociedad argentina; y que hay que tratar de superar lo antes posible”.

“Mi viaje a la Argentina tiene un carácter excepcional, totalmente distinto de una normal visita apostólico-pastoral. Vengo a orar por todos aquellos que han perdido la vida; por las víctimas de ambas partes; por las familias que sufren como lo hice igualmente en Gran Bretaña. Vengo a orar por la paz, por una digna y justa solución del conflicto armado”.

En su primer saludo a los argentinos tras ser recibido por el entonces dictador Leopoldo Galtieri, también señaló:

“Invoco la paz de Cristo sobre todas las víctimas, de ambos bandos, del conflicto bélico entre Argentina y Gran Bretaña. Mi afectuosa cercanía a todas las familias que lloran la pérdida de algún ser querido.

Pidió a los gobiernos y la comunidad internacional “medidas aptas para evitar daños mayores, sanar las heridas de la guerra y facilitar el restablecimiento de los espacios de una paz justa y duradera".

SEGUNDA VISITA

Juan Pablo II regresó a fines de marzo de 1987 a Buenos Aires para celebrar las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Estuvo seis días y recorrió nueve provincias: Buenos Aires, Río Negro, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe.

El mensaje de esa visita fue pastoral: la unidad familiar, la paz, el amor, la justicia, la reconciliación, la dignidad del hombre y la evangelización.

De todos modos, dejó entonces un mensaje político: “Que no vuelva a haber más secuestrados, ni desaparecidos”.