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29 de marzo de 2024
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Por Gabriela Granata
El año de la deuda
El 2005 permitió a Kirchner consolidar su poder pero deja asignaturas pendientes en materia social, a pesar de la mejora de los indicadores económicos
27 de diciembre de 2005
El presidente Kirchner impuso este año la agenda política y económica de la Argentina.

El fuerte crecimiento económico y la consolidación de su poder político en las elecciones legislativas del 23 de octubre le permitió moldear el esquema en el que se siente a gusto con el poder, con una marcada presencia en el ámbito interno, con débiles manifestaciones de la oposición y un esquema internacional de alianzas regionales.

En el plano económico, utilizó la renegociación de la deuda privada en default como instrumento para marcar diferencias con otras gestiones, que coronó con el anuncio de la cancelación total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, una idea que instaló en los últimos meses y que concretó a fin de año luego de que Brasil hiciese lo mismo.

1- La deuda con el FMI

La acumulación de reservas en el Banco Central de casi 27 mil millones de dólares fueron la base para el anuncio que Kirchner realizó el 15 de diciembre de la cancelación total de la deuda con el Fondo. Se trata del pago, en una sola vez y en forma anticipada, de 9.810 millones de dólares que se concretará en los primeros días de enero.

El impacto político se potenció por el anuncio, dos días antes, de la cancelación total de deuda con el mismo organismo por parte de Brasil, por un monto de 15.500 millones de dólares, y por el carácter simbólico del Fondo como direccionador de políticas públicas de empobrecimiento en los países de la región.

La cancelación con el FMI representa menos del 10 por ciento del monto total de la deuda de la Argentina, que alcanza a 126.400 millones de dólares.

2- Los bonos en default

El pago de la deuda con el FMI fue el segundo golpe de impacto del gobierno respecto de sus deudas. El 3 de marzo, el entonces ministro Roberto Lavagna anunció la adhesión del 76 por ciento a la propuesta de canje de los tenedores de bonos en default. La deuda argentina se redujo entonces de 191 mil millones de dólares a 125 mil millones.

"Los mercados han hablado con mucha claridad aceptando de manera muy clara la propuesta del gobierno argentino", dijo Lavagna en el Salón Blanco.

3- Elecciones legislativas. El paso clave para la concentración de poder.

El resultado de las legislativas del 23 de octubre fue la coronación de la construcción de poder que hizo el presidente. Logró imponer a sus candidatos en 16 de las 24 provincias argentinas, selló alianzas con referentes del radicalismo y rondó el 40 por ciento de los votos en todo el país. Las figuras excluyentes de la elección fueron el propio presidente – con su estilo de campaña permanente- y su esposa, Cristina Fernández, quien cambió Santa Cruz por Buenos Aires. Cristina Kirchner se convirtió en la herramienta para sumar importantes votos bonaerenses y más aún, relegar a Eduardo Duhalde y su poderosa maquinaria provincial a una expresión menor.

4- El divorcio con Duhalde

El distanciamiento con el presidente Kirchner ni siquiera le permitió a Duhalde despedirse con impacto de la presidencia del Consejo de Representantes de los países del Mercosur, que tuvo que dejar en manos de Carlos “Chacho” Alvarez. El ex presidente dejó en manos de su esposa Hilda “Chiche” Duhalde la ofensiva y los cuestionamientos. Y ocupó un lugar secundario mientras sus principales espadas comenzaban la travesía hacia el kirchnerismo.

5- El despido de Lavagna

El 28 de noviembre Kirchner le pidió la renuncia al ministro de Economía, Roberto Lavagna. "El presidente consideraba que debería empezar una etapa distinta y puse mi cargo a disposición", dijo Lavagna.

Fue el final de una tensa relación entre el presidente y su ministro más visible, y el principio del giro hacia un Gabinete más a gusto del paladar K. El jefe de Estado clausuró disidencias internas y colocó en su lugar a la entonces titular del Banco Nación, Felisa Miceli. ¿Tendrá futuro Lavagna como presidenciable?

6- Los cambios de Gabinete

Los cambios se completaron con los reemplazos obligados de ministros que asumieron como diputados. Kirchner llevó a Nilda Garré a Defensa en reemplazo del senador electo José Pampuro, y a Juan Carlos Nadalich a Desarrollo Social en lugar de su hermana Alicia Kirchner. En la Cancillería mantuvo a Jorge Taiana, segundo de Rafael Bielsa, y más alineado con el gobierno.

7- La Oposición

La elección legislativa configuró un nuevo mapa opositor. El líder de Compromiso para el Cambio, Mauricio Macri, se colocó el traje de potencial protagonista en el esquema de oposición al gobierno K, con su triunfo en las elecciones de la ciudad de Buenos Aires, y dejó de compartir cartel con su socio bonaerense Ricardo López Murphy de magro desempeño en la provincia.

El radicalismo tuvo pocas armas para mostrarse a tono con su rol de principal partido de oposición a nivel institucional, ya que controla el gobierno de varias provincias y bloques importantes en las dos cámaras parlamentarias. Elisa Carrió, candidata a ser una voz sobresaliente en el espacio opositor, todavía no encontró su lugar, luego de un final de campaña deslucido.

8 - El escenario internacional

El dato saliente este año fue el fuerte vínculo que construyó Kirchner con el venezolano Hugo Chávez. Los acuerdos energéticos siguieron con la compra de deuda y el decidido impulso de la Argentina para que Venezuela se incorpore al Mercosur. Con esa movida, el gobierno argentino no sólo ganó un aliado de peso económico y mediático importante sino que diluyó la bipolaridad regional con Brasil incorporando un tercer interlocutor, y plantó bandera en la vereda de enfrente del gobierno de los Estados Unidos, ya que la administración de George W. Bush tiene como adversario privilegiado en la región al líder venezolano.

9- Las deudas pendientes

La inflación, que ronda el 12 por ciento, el desempleo y la pobreza, junto con el planteo de una mejor distribución de la riqueza, son los desafíos pendientes del gobierno.

Es una agenda marcada por la existencia de 38,5 por ciento de pobres y más del 10 por ciento de desempleo, que superaría el 13 sin planes sociales.

El Gobierno viene señalando que sus objetivos son reducir la pobreza y la desocupación, pero el anuncio de creación de 400 mil puestos de trabajo formales contrasta con una economía que tiene a más del 40 por ciento de su población ocupada en condiciones de informalidad.