25 de abril de 2024
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"Incentivos” de los laboratorios a médicos, en la mira
Especialistas debatieron sobre los manejos comerciales de los laboratorios de especialidades medicinales y denunciaron las políticas de algunas farmacéuticas
16 de diciembre de 2007
Al exponer sobre “El incentivo oculto” en la medicina, el ex presidente de la Asociación de Anestesia y Reanimación de Buenos Aires, Miguel Fernández Vigil, reveló que el uso de nombres comerciales en las prescripciones aumentó un 89 por ciento entre 1993 y 2002.
Justamente, uno de los mayores esfuerzos en materia de salud del ministro Ginés González García apuntó a lograr la prescripción por nombre genérico de medicamentos, una tendencia que, según el gobierno, se logró revertir en los últimos años con el consiguiente ahorro para el paciente.
Pero igual, el tema sigue preocupando a la comunidad médica: según un trabajo presentado en el panel sobre “las irresponsabilidades del sistema de salud”, mientras en los trabajos científicos de autores independientes los nombres comerciales fueron utilizados en un 15% de los casos, en los estudios auspiciados por laboratorios fueron utilizados en un 64 %.
En diálogo con Asteriscos.Tv, Fernández Vigil también mencionó otras prácticas que están siendo puestas en tela de juicio en la actividad médica, como la tendencia cada vez mayor a aconsejar interconsultas, la realización de trabajos científicos con determinadas drogas y la utilización de ciertas prótesis en desmedro de otras, con el consiguiente perjuicio para el paciente.
Según un informe de la entidad Anesthesiology que se presentó en el Congreso Argentino de Salud, en Estados Unidos nueve de cada diez médicos reciben dinero de los laboratorios, y ese apoyo económico puede afectar el curso y los resultados de las investigaciones académicas.
Entre las prebendas cuestionadas, se mencionaron los viajes “all inclusive” que muchos laboratorios ofrecen a especialistas, así como cenas familiares, cheques, compra de equipamiento e instrumental, y regalos de todos tipo, según enumeró Fernández Vigil.
En una de las cuestiones más delicadas, se abordó el tema de las drogas oncológicas, de elevado costo, que se continúan recetando a pacientes terminales sin chances de recuperarse, y la prescripción de seudos avances en cardiología y otras especialidades que no siempre tienen eficacia probada.
En el caso de las prótesis y elementos utilizados en traumatología, Fernández Vigil mencionó el caso de las aleaciones de titanio, metal cuyo valor de mercado ronda los 30 dólares el kilo, mientras que pequeños tornillos de ese material u otros componentes llegan a costar más de 200 dólares la unidad.
Además, cuestionó que en determinadas oportunidades se apliquen prótesis fabricadas en el país pero se terminen facturando como importadas, en detrimento del paciente pero también de la prepaga afectada.
Por ello, Fernández Vigil pidió “dejar de hablar de incentivo oculto y comenzar a llamar a las cosas por su nombre: coima, retorno, soborno, corrupción o delito”.