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29 de marzo de 2024
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Echaron al Jefe de Inteligencia del Ejército por "conspirar"
La ministra de Defensa, Nilda Garré, decidió la drástica medida luego de que la SIDE le informó que el general de brigada Montero participaba de una operación para desplazarla
22 de noviembre de 2007
En una historia con escuchas telefónicas grabadas por la SIDE y disputas por posicionamientos en el recambio que se viene en el Gabinete, la ministra de Defensa, Nilda Garré, echó al jefe de Inteligencia del Ejército, el general de brigada Osvaldo Montero.

El desenlace ocurrió hace dos semanas, cuando Garré levantó el teléfono, llamó al subjefe del Ejército, general Luis Pozzi (el jefe, Roberto Bendini estaba de viaje) y le dijo: "Dígale a Montero que se va. Por deslealtad".

Garré le admitió a Clarín el relevo de Montero, pero se limitó a atribuirlo a "razones de mejor servicio".

Defensa no quiso dar más precisiones. Pero el martes, en el acto que encabezaron Néstor y Cristina Kirchner por el traspaso de la ESMA, en declaraciones a varias radios, Garré explicó las razones por las cuales pocos habían apostado a su continuidad: dijo que había habido "operaciones" en su contra.

En esta línea, dos fuentes oficiales revelaron a Clarín que Garré decidió echar a Montero luego de acceder a escuchas que le hizo llegar un prominente jefe de la SIDE, con cargo de director.

En esas grabaciones -siempre según dichas fuentes-, Montero mantenía diálogos con allegados al ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien no tiene la mejor relación con Garré. Fernández era en esos momentos mencionado como firme candidato a suceder a la ministra a partir del 10 de diciembre. Montero -dicen- buscaba así posicionarse frente al cambio, mientras en ámbitos castrenses también su nombre empezaba a sonar para la subjefatura del Ejército.

Uno de esos diálogos "comprometidos" habría sido con la directora nacional de Inteligencia Criminal (depende de la cartera de Fernández), Verónica Fernández Sagari. No trascendió el tenor de las charlas en esas escuchas, cuyas copias en CD habrían llegado al propio Montero y a Bendini.

Lo que parece estar claro, a la luz de la fulminante reacción de Garré, es su enojo con el general de Inteligencia. En diciembre deben producirse los relevos y cambios de destino habituales de fin de año, pero la ministra no quiso esperar la ocasión para una salida más elegante del militar.

Cuando Garré echó a Montero, Bendini estaba en Brasil, en la Conferencia de Ejércitos Americanos que culminó el 9 de noviembre. Es decir, el hecho fue anterior al anuncio del Gabinete cristinista de la semana pasada.

Como Defensa, el Ejército también mantuvo en secreto el relevo. Según fuentes castrenses, la semana pasada Montero fue internado en el Hospital Militar por una "angina de pecho".

También el último miércoles 14 en Campo de Mayo se celebró el Día de la Inteligencia Militar. Por ausencia de Bendini presidió el acto el general Pozzi, junto al actual subjefe a cargo de la J-II Inteligencia, el coronel César Santos Milani. Su legajo habría sido pedido por Defensa para considerar su ascenso a general.

Montero es del arma de artillería y su destino en Inteligencia se explicaba en la nueva orientación oficial de conducir el área con hombres que no son de "la línea", explicaron fuentes castrenses.

Dicen que en Campo de Mayo, varios oficiales de Inteligencia ironizaron que la "operación" le había salido mal por falta de experiencia en la materia.

Como se sabe, finalmente Aníbal Fernández fue designado en Justicia, que absorberá el área de seguridad. Tras las tormentas internas, Garré espera reunirse con la presidenta electa para tener el visto bueno de su equipo en esta nueva etapa. También deberá saberse si hay renovación parcial o total de los jefes de las fuerzas, un anuncio que desvela a muchos y cuya definición dependerá de los Kirchner.