No sólo el título del Mundial de Clubes con su consecuente gloria estarán en juego mañana en el seguramente colmado International Stadium de Yokohama. Allí, donde en 2003 Boca dejó con las manos vacías en los penales a Milan de Italia en la final Intercontinental, ambos equipos se disputarán, además, el trono de "Rey de Copas" que hasta el momento comparten con 17 títulos internacionales cada uno.

El imperio del fútbol es tan vasto como el mundo mismo y aquel reinado da tanto poder como prestigio internacional. Por eso, a partir de las 7.30 (hora argentina), ambos aspirantes a la corona comenzarán a batallar en busca del objetivo con el arbitraje del mexicano Marco Rodríguez y con la televisación en directo a todo el país de Fox Sports.

Tanto Boca como Milan ostentan 17 títulos en torneos internacionales y uno de los dos superará esa cifra y será el nuevo "rey" del mundo a nivel clubes.

El partido presenta un duelo de equipos que no accedieron a esta final completando actuaciones descollantes, sino que sólo cumplieron ante equipos claramente inferiores como Etoile Du Sahel de Túnez y Urawa Red Diamonds de Japón y ambos vencieron por un ajustado 1-0.

Por eso, para Hugo Ibarra, Sebastián Battaglia y Martín Palermo será hora de tirar la experiencia sobre el césped y hacerla valer a la hora de la verdad; para Mauricio Caranta, Ever Banega y Rodrigo Palacio habrá llegado el momento de demostrar personalidad ante una cita de tal magnitud; y para los demás será el instante sublime para llegar a saberse los mejores del mundo.

Si es así del lado de los argentinos, ni que hablar en la vereda del Milan, que aparece como favorito por las estrellas que presenta, como Kaká, Clarence Seedorf, Andrea Pirlo y Filippo Inzaghi y por sus destacados actores de reparto, como Alessandro Nesta y Gennaro Gattuso.

En Boca, el uruguayo Alvaro González ingresará en lugar del colombiano Fabián Vargas, expulsado en el choque frente al conjunto tunecino. En el estadio de Yokohama se sabrá si se impone el talento individual y la experiencia internacional (Boca), o la rigidez defensiva y el oportunismo ofensivo (Milan).

Juan Román Riquelme, el gran ausente del partido, estará en la tribuna siguiendo cada acción. De todas formas, más allá de la no presencia del volante ofensivo, el espectáculo está garantizado porque son demasiadas las cosas que están en juego como para que el partido defraude a los miles de espectadores que en vivo seguirán paso a paso el desarrollo y a los millones que lo harán en el resto del globo.