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20 de abril de 2024
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Molinos compró Química Estrella
Con esta adquisición, la compañía de Pérez Companc suma a sus productos café, yerba, arroz, pan dulce y polvos chocolatados. Pagó 50 millones de dólares
20 de diciembre de 2007
En apenas diez días, la familia Pérez Companc gastó casi 60 millones de dólares, para hacer crecer a su alimenticia Molinos por la vía de la compra de otras empresas. Ayer concretó la adquisición de Química Estrella, en 31 millones de dólares cash y absorbió una deuda de 19 millones. El martes pasado había comprado la fábrica de pastas Virgilio Manera, en US$ 13,4 millones.

La compra de Química Estrella se venía negociando desde mediados de año y había sido anticipada por el suplemento iEco de Clarín, el 28 de julio. El grupo controla varias marcas tradicionales como el Toddy, el arroz Gallo, el café Arlistan y el algodón Estrella.

Con aproximadamente un 20% de su capital en la Bolsa, las acciones controlantes de Química Estrella fueron cambiando a partir de la devaluación. El control de la empresa, que estaba en manos de los hermanos Carlos y José Rohm (los mismos del quebrado Banco General de Negocios) pasó a partir de 2002 a manos de varios socios minoritarios: el Grupo Empresarial de Alimentos Europeos, a su vez controlado por una sociedad uruguaya (Dart More), el fondo de inversión estadounidense DLJ (que, a su vez, es propiedad del Credit Suisse) y actual presidente de la empresa, Daniel Van der Lierde.

Todo ese entramado de empresas y sociedades controlantes tenían el 78,94% de Química Estrella, que ahora pasarán a un único dueño, Molinos Río de la Plata, de la familia Pérez Companc. El 21,06% restante sigue flotando en la Bolsa.

De todas maneras, la operación deberá pasar por el filtro de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, ya que Estrella compite en varios de los mercados donde ya estaba Molinos. Por ejemplo, en la yerba mate, donde sumará la yerba Cruz de Malta a Nobleza Gaucha. Y sobre todo en el segmento del arroz, donde el conocido arroz Gallo ahora será de los mismos dueños del arroz Cóndor.

Pero, sobre todo, ahora Molinos tendrá su gigantesco aparato industrial y de distribución para competir en mercados donde no estaba: por ejemplo, con los chocolates Toddy y Zucoa y Okay, o el café Arlistán le competirá en forma directa a la suiza Nestlé, además de otras compañías locales, como La Virginia (cuya hipotética compra por parte de Arcor, dicho sea de paso, fue categóricamente desmentida a este diario por Luis Pagani). Molinos también pasará a ser dueño de varias marcas de pan dulce (Musel, Marcolla y Steinhauser).

Química Estrella también tiene la distribución del algodón Estrella y la producción de los cosméticos Promam y MasterSec. Tiene nueve fábricas, desde Esteban Echeverría hasta La Rioja, Chaco y Misiones, con una dotación de 900 personas, y factura 91 millones de dólares anuales. La de Molinos es otra escala: tiene 3.500 personas y una facturación de 4.300 millones de pesos, con 16 fábricas y siete centros de distribución. Si bien los últimos movimientos se enfocaron en adquirir y expandir los alimentos de marca, la principal inversión de Molinos en los últimos años fue en el negocio de la soja.