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26 de abril de 2024
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Los argentinos destinan el 40 % de su ingresos a impuestos
La elevada presión tributaria afecta en especial a la economía en blanco. Los asalariados en esa situación son los que más padecen al Fisco. Los detalles de la injusticia
13 de enero de 2008
En algunos distritos del país las personas tributan al Estado entre el 30 y el 40 por ciento de sus ingresos, situación que afecta en especial a los asalariados,
quienes aportan la mitad de la recaudación impositiva, pese a que tienen una participación en el ingreso total del 25 por ciento.

La ciudad de Paraná, en Entre Ríos, encabeza el listado de presión tributaria, con un 38,7 por ciento sobre el ingreso total de sus habitantes, seguida por Córdoba y La Plata, con un 37,6 por ciento.

En el otro extremo de este ranking que elaboró el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), se encuentra Río Grande, Tierra del Fuego, con un 24,1 por ciento.

A esa ciudad patagónica la sigue Formosa, con un 32,4 por ciento, y San Salvador de Jujuy con el 32,5.

Con respecto a la recaudación tributaria total, el estudio -que publicó un matutino porteño- demostró que los asalariados generan la mitad de lo acumulado por el Estado, pero tienen una participación del 25 por ciento en el Producto Bruto Interno
(PBI).

Además, a medida que disminuye el nivel de ingreso aumenta el peso de la tasa al valor agregado IVA, dado que el sueldo de una persona "se va casi en un cien por ciento a consumo", afirmó el trabajo.

Frente a esta realidad, ocho de cada diez encuestados por el matutino consideró que los impuestos en Argentina son "altos" o "muy altos".

Esas obligaciones se producen además en un contexto en el cual el nivel de evasión tributaria, que en Argentina alcanza un 40 por ciento, según algunos estudios privados.

El tema impositivo sonó fuerte en las últimas semanas en la Capital Federal por el aumento en el ABL porteño, y en todo el país por la suba del 7 al 11 por ciento en los aportes jubilatorios de los asalariados, las recategorizaciones en el monotributo y los incrementos en las retenciones.