La presidenta Cristina Kirchner no asistirá al encuentro de Davos, Suiza, que comienza el próximo domingo. Es uan decisión en concordancia con su marido, que nunca fue a ese pueblito alpino.

Eso sí, esta vez irá algún funcionario. Hasta ayer Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, era el más firme. Martín Redrado, orador principal en la mesa en la que se iba a debatir el futuro de las finanzas mundiales avisó que no concurriría. Las preocupaciones del presidente del Banco Central parecen pasar más en esta etapa por quiénes integrarán el directorio de la entidad.

Algunos mencionaban en su reemplazo a la secretaria de Inversiones Beatriz Nofal, aunque Clarín no pudo confirmarlo. El ministro Martín Lousteau también se excusó al señalar que acaba de asumir y que se enfrenta a una agenda muy cargada.

Los otros países de la región envían delegaciones numerosas. Desde que Lula asumió en Brasil jamás faltó a la cita y en esta versión promete convertirse en la estrella de un foro que convoca a los empresarios más poderosos del mundo y que pretende marcar agenda en estos tiempos globalizados. México lleva al presidente Felipe Calderón y anotó a 150 hombres de negocios y de gobierno. Otro tanto hizo Chile con Michel Bachelet a la cabeza.

Por cierto, hay una delegación de empresarios locales, menos nutrida que en otras ocasiones, que tiene como meta hacer contactos que graviten después en sus negocios. Son de la partida Sebastián Bagó, de los laboratorios homónimos, Carlos Bulgheroni de la petrolera Bridas, Eduardo Elsztain de Irsa y Cresud, Sebastián Palla de la Unión de AFJP, Félix Peña en nombre del Standard Bank y Enrique Pescarmona de Impsa. En la lista figura el ex presidente del Banco Central, Mario Blejer y Marcela Benítez de la ONG Responde con la misión de poblar regiones del interior abandonadas.

Uno de los argentinos que jamás pegó el faltazo elogió ayer ante este diario la decisión de enviar al menos un funcionario a una reunión donde se compite por las inversiones y donde se pueden tejer relaciones de cara a la refinanciación de la deuda con el Club de París.

El discurso del Foro Mundial ya no es tan ortodoxo como en los años 90. Y para la versión 2008 eligieron debatir acerca del poder de la colaboración entre los grupos económicos.

El tema dominante será, sin embargo, qué puede pasar con la economía, con el fantasma de una posible recesión en Estados Unidos y una desaceleración de China dando vueltas por esa villa en la que el fallecido líder palestino Yasser Arafat elegía pasar sus vacaciones de invierno junto a familias de la realeza europea.

Entre las figuras, vuelven a contar con Bill Gates, con Bono el cantante de U2, algunas actrices hollywoodenses y el financista húngaro-estadounidense George Soros.

Pero llevarán la batuta el ex premier británico Tony Blair, el jefe de JP Morgan, James Dimon, K.V. Kamath, del poderoso banco ICICI, de la India, Henry Kissinger, Indra Nooyi, jefe mundial de Pepsi Cola, David O'Reilly, de Chevron y Wang Jianzhou, timonel de la poderosísima China Mobile Communications, la empresa de celulares más grande del planeta.

Al Gobierno argentino parece importarle poco. En parte, porque duda de los ranking de competitividad que elabora Davos. El último muestra que, pese al robusto crecimiento de la economía, la percepción de los inversores sigue siendo negativa.