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20 de abril de 2024
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A puro alarido, Sharapova ganó otro Grand Slam en Australia
La rusa derrotó a la serbia Ana Ivanovic en la final del primer gran torneo del año de manera categórica: 7-5 y 6-3. De esta manera, consiguió su primer Abierto en ese país
26 de enero de 2008
La rusa Maria Sharapova comenzó el 2008 pisando fuerte al derrotar hoy a la serbia Ana Ivanovic y conquistar de esa manera el Abierto de tenis de Australia, su tercer título de Grand Slam.

Sharapova, de 20 años y número cinco del mundo, se impuso por 7-5 y 6-3 en un partido sin grandes atractivos y disputado bajo un fuerte calor en Melbourne. La rusa había sido arrasada un año antes en la misma final por la estadounidense Serena Williams.

En la ceremonia de entrega de premios Sharapova recordó aquel momento: "Recién se dijo que estuve muy cerca de ganar el torneo el año pasado, pero en realidad sólo gané tres juegos en la final. El año pasado fue un año bastante difícil para mí", dijo con la voz quebrada, antes de dedicarle el triunfo a una amiga muerta.

Ivanovic, que desde el lunes será la nueva número dos del tenis mundial, fracasó así en su intento de ganar un Grand Slam, tras haber sido derrotada en Roland Garros 2007 por la belga Justine Henin en la final.

"Quiero felicitar a Maria, estoy segura de que tendremos la oportunidad de jugar muchos partidos en el futuro", dijo la serbia de 20 años, que se quebró y lloró por unos instantes, claramente emocionada.

Una derecha ancha de Ivanovic marcó el final tras una hora y 31 minutos de juego. La rusa se arrodilló y comenzó a llorar. Sin controlar el llanto, fue a saludar a su padre y al resto de su grupo. De regreso en su silla, Sharapova siguió llorando, con la respiración entrecortada.

La clave del partido estuvo en los errores, antes que en los aciertos. Ivanovic, que pudo haber ganado el primer set, cometió 33 errores no forzados contra 15 de su rival, que logró 16 tiros ganadores contra 14 de la serbia. La rusa, vestida de blanco, quebró el servicio de la serbia, totalmente de azul, para adelantarse 4-3. El set parecía suyo, pero entonces se produjo el que fue su único momento de clara debilidad a lo largo del torneo, que conquistó sin perder ni un set.

Ivanovic luchaba para recuperar el servicio perdido, pero su rival le dio una ayuda inestimable con dos doble faltas consecutivas para entregar el saque. El partido estaba igualado en cuatro, la serbia tomó confianza y ganó su servicio con facilidad para adelantarse 5-4 y 0-30 con el servicio de la rusa.

Extraño momento: Ivanovic controlaba el partido, sus golpes habían ganado una solidez importante, y Sharapova sufría en el tórrido mediodía australiano.

Pero el tenis femenino suele tener altibajos importantes, y así como Ivanovic había torcido el rumbo del set, en instantes volvió a hundirse en errores y dudas. Perdió su saque en 15 y vio cómo su rival ganaba luego el suyo en cero para llevarse el set por 7-5 en 50 minutos.

El partido sólo ofrecía la emoción de los cambios en el marcador, porque tenísticamente no mostraba mucho: el juego de ambas parece cortado por el mismo patrón, con servicio sólido, derecha dominante y revés a dos manos. Las subidas a la red fueron casi inexistentes, porque todo se resolvía desde el fondo.

El segundo set ofreció más de lo mismo, hasta que Sharapova quebró para 4-3 y se tornó inalcanzable, lista ya para concretar su cita con un trofeo que el año pasado vio muy de cerca, pero también muy lejano.