Dos niños encontraron un cráneo y un fémur en un arroyo en el partido de Magdalena. Ahora, la policía científica realiza exámenes genéticos para determinar si esos restos óseos pueden pertenecer a Jorge Julio López, que fue visto por última vez el 17 de septiembre de 2006, o a Miguel Bru, asesinado el 17 de agosto de 1993 en la comisaría 9a. de La Plata y cuyo cuerpo nunca fue encontrado.

Según fuentes policiales, los chicos encontraron el cráneo anteayer a las 20.50, mientras pescaban en el arroyo, desde un puente, a la altura del kilómetro 25 de la ruta 11, en el paraje Los Naranjos, de la localidad de Bavio, en el mencionado distrito.

Cuando recogían las líneas, los chicos vieron el cráneo. Entonces avisaron a la policía local. Poco después, acudieron al lugar hombres de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata y de la policía científica. Los rastrillajes se interrumpieron cuando cayó el sol y continuaron ayer por la mañana.

Según las primeras observaciones, los restos estaban muy deteriorados y tendrían más de tres años.

De todas formas, los investigadores de la policía bonaerense decidieron notificar al juez federal Arnaldo Corazza, que tiene a su cargo la causa por la desaparición de López, uno de los principales testigos en el juicio contra el ex comisario Miguel Etchecolatz, condenado a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.

López, que desapareció el día de los alegatos, había sido buscado en Magdalena sin éxito. El 23 de septiembre de 2006, un grupo de policías llegó, guiado por perros, hasta una propiedad de Rubén Darío Durso, delegado municipal de la localidad de Atalaya, de ese partido. Los perros olfatearon un colchón y prendas de vestir y ladraron, como si hubieran reconocido que allí había estado de López.

Hace diez días, el juez Corazza dispuso que se hiciera una reconstrucción de ese procedimiento, debido a una serie de irregularidades que habrían cometido los policías que participaron en el operativo. Por ejemplo, no se habían labrado las actas correspondientes e incluso se sospechó que la ropa que supuestamente habían reconocido los perros podría haber sido "plantada". Las mismas prendas fueron olfateadas por los perros 40 días después y el resultado fue negativo.

Por otra parte, recientemente la policía hizo rastrillajes en el mismo distrito, cerca del paraje Los Naranjos, en busca de Bru. Por eso, cuando los niños encontraron los restos óseos, los investigadores le avisaron a Rosa Schonfeld, la madre del estudiante de periodismo asesinado en 1993, cuando tenía 23 años.