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Italia apuesta a un gobierno de "transición" ante crisis
El presidente del Senado, Franco Marini, se hará cargo del país, luego del duro golpe que recibió el gobierno de centroizquierda de Romano Prodi. Días inciertos
31 de enero de 2008
Tal como se había anticipado, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, le encargó al presidente del Senado, Franco Marini, la difícil tarea de sacar a Italia de la más que compleja crisis política en la que se encuentra sumida desde el jueves pasado, cuando cayó el gobierno de centroizquierda de Romano Prodi.

Por sus dotes de hábil negociador y por ser un hombre de consenso, a Marini le tocará ver si es posible formar un gobierno "institucional" que reforme la actual ley electoral y llame rápidamente a elecciones. La idea es que Italia adopte el sistema mayoritario en lugar del proporcional, actualmente en vigor, para eliminar las enormes -y casi siempre muy inestables- coaliciones en las que hasta ahora tuvieron que apoyarse los ejecutivos para poder gobernar.

"Pedí al presidente del Senado que verificara la posibilidad de consenso para aprobar un proyecto de reforma electoral y para un gobierno funcional a esta reforma", anunció Napolitano.

El jefe de Estado, que explicó que antes que disolver el Parlamento, una decisión más que traumática, iba a intentarlo todo, evitó así llamar a elecciones anticipadas, como reclama la oposición de centroderecha.

Marini, de 74 años, ex jefe de la Confederación Italiana de Sindicatos de los Trabajadores (CISL, según sus siglas en italiano), ex democristiano de larga trayectoria política y miembro del partido de centroizquierda La Margarita, enseguida reconoció que tiene por delante una misión casi imposible.

"Sé bien que se trata de una tarea difícil, porque sé que en las expectativas de nuestros ciudadanos hay un gran interés por un cambio de la ley electoral. Los tiempos son estrechos, trataré de encontrar un punto de equilibrio entre las distintas exigencias", dijo Marini, que comenzará su ronda de consultas con los diferentes partidos.

Al conocer la "carta Marini", la oposición de centroderecha volvió a reiterar su tajante negativa a cualquier gobierno de transición, e insistió con ir a las urnas ya, consciente de que los sondeos le son más que favorables después de la debacle de la centroizquierda.

"No es necesario cambiar ahora la ley electoral", insistió el ex premier Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia.

El líder del centrista UDC, Pier Ferdinando Casini, se sumó al mismo coro: "Ningún italiano serio puede pensar que yo puedo apoyar a un gobierno con Refundación Comunista. La misión de Marini es seguramente muy difícil. Los márgenes, de todos modos, son muy estrechos". Más tarde, sin embargo, el secretario del partido, Lorenzo Cesa, añadió: "Marini es un amigo. Nosotros lo escucharemos y después evaluaremos qué hacer".

Mientras que el líder de la ex fascista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, volvió a pedirle al presidente que disolviera el Parlamento "porque Marini va a fracasar", la xenófoba Liga Norte anunció que no participará de la nueva ronda de consultas.