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29 de marzo de 2024
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El FMI desconfía de los datos que mide el INDEC
Fue a través de una carta. Argentina respondió a las acusaciones y se defendió de las dudas planteadas por el organismo internacional sobre la metodología aplicada
8 de febrero de 2008
La Dirección del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) respondió punto por punto a los requerimientos y aclaraciones que le hizo el FMI sobre la medición de la inflación en la Argentina.

Allí la directora del Instituto, Ana María Edwin, sostiene que no se hicieron cambios en la composición de la canasta del IPC, que se mantuvo el "secreto estadístico" con relación a la lista de comercios donde se relevan los precios y que las diferencias con las mediciones de las provincias se deben a que los productos que integran cada canasta no son similares.

pero la novela empezó a mediados de 2007, con la primera carta enviada por el organismo internacional. Allí exponía ciertas dudas. La segunda explicitó además la decisión tomada por el FMI de iniciar una "investigación sumarial" sobre las cifras oficiales. Ese proceso incluye el inicio de consultas directas entre el staff del área estadística del Fondo y su contraparte del Indec, dejando a un lado al Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) en Buenos Aires, publica este viernes le diario La Nación

De manera oficial, el vocero jefe del Fondo, Masood Ahmed, sólo señaló ayer durante su tradicional conferencia de prensa que tener "datos fiables sobre indicadores clave, como la inflación, son vitales para establecer una buena política económica, no sólo en la Argentina sino en todos los países".

Sin embargo, la investigación del Fondo concluirá con la redacción de un reporte por el staff que será elevado de manera directa a Strauss-Kahn. Buscará determinar si la Argentina incumplió con su obligación de proveer información "veraz" o "pertinente" al Fondo, según lo impone el estatuto del organismo. Strauss-Kahn podría enviarle entonces una nota al ministro de Economía, Martín Lousteau, para consultarlo sobre el reporte del staff y requiriéndole datos suplementarios. Pero también podría pedirle explicaciones sobre la actuación del Gobierno y las eventuales "incongruencias estadísticas", comentó una fuente al tanto de las gestiones.

A partir de allí se abriría un período por 30 o más días para que el Gobierno defendiera la veracidad de sus estadísticas. Y, superada esa etapa, y de juzgarlo necesario, Strauss-Kahn podría elevar el "sumario" a consideración del directorio.

"La Argentina, como todo país, tiene la obligación de proveer información «precisa», incluyendo sobre la inflación, según lo dispone el apartado 8 de la sección V del estatuto. ¿Y sabe qué pasó después de todos estos meses? El Fondo se cansó de esperar una explicación seria del gobierno argentino", comentó una de las voces.

Ante la filtración desde Buenos Aires de la carta, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó que desconocía su existencia y rechazó una auditoría del Fondo como paso previo para negociar la deuda con el Club de París porque "las condiciones macro de nuestro país están demostrando una solidez singular respecto de otros tiempos".

La negociación con el Club de París está atada, sin embargo, a lo que ocurra con las estadísticas oficiales, salvo que el Gobierno resuelva cancelar al contado toda su deuda en default, ya que, de acuerdo con la "norma de Evian", si un país deudor desea renegociar sus obligaciones el Fondo debe completar un análisis sobre la sustentabilidad de su economía durante el tiempo que le insumiría cancelar esa deuda. Ese análisis está atado, a su vez, a la revisión anual de las variables macroeconómicas de la Argentina que establece el artículo IV del estatuto del Fondo. Debió completarse a mediados de 2007, pero se postergó hasta la primera mitad de 2008 para evitar que fuera usado durante la campaña electoral.

"Para determinar cuáles son las tasas verdaderas de interés en el país, a su vez, hay que determinar cuál es el verdadero alcance de la inflación, y para eso hay que primero precisar si la tasa de inflación oficial puede usarse o no", argumentó una segunda voz.

Todo el debate no le es ajeno al Fondo desde los tiempos de Rodrigo de Rato ni a su sucesor. La primera carta fue remitida a mediados de 2007, sin que llegara una respuesta convincente a esta capital.

Meses después, Strauss-Kahn viajó a Buenos Aires y le preguntó sobre la inflación al entonces ministro de Economía, Miguel Peirano. Ocurrió durante un almuerzo, en el Palacio de Hacienda, en el que participaron otros miembros del equipo económico; el presidente del BCRA, Martín Redrado, y el director para el Hemisferio Occidental del Fondo, Anoop Singh. Lejos de calmar los ánimos, Peirano aumentó los temores. Dedicó varios minutos a explicar el impacto de las variaciones climáticas en el precio del tomate y de éste en la tasa de inflación.