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28 de marzo de 2024
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Polémica por la droga "de la juventud" de Stallone
En los EEUU se cree que la aplicación de hormonas de crecimiento en adultos recobraría el tiempo perdido. Los problemas que puede traer el método que usa "Rambo"
11 de febrero de 2008
A los 61 años, no es fácil tener el cuerpo voluptuoso de Rambo. Sylvester Stallone admitió que lo posee gracias al consumo de la hormona de crecimiento humano e incluso la promovió para hombres mayores de 40. Sin embargo, los médicos no la recomiendan en personas sanas.

El uso que le da el actor estadounidense a la hormona de crecimiento sintética (también la estarían usando Madonna y otros famosos) no está aprobado por las autoridades sanitarias del mundo. Sólo se indica para niños y adultos con deficiencias en la hormona que el cuerpo naturalmente produce, como fue el caso del futbolista Lionel Messi, quien realizó el tratamiento en España. Si se administra en sanos, los riesgos para la salud sí son importantes.

Sin embargo, su uso no está aprobado por las autoridades sanitarias del mundo. Según los especialistas, en personas sanas puede desencadenar retención de líquido, dolores articulares, diabetes, cefaleas y hasta tumores.

Un estudio realizado el año pasado por el grupo de Hau Liu, de la Universidad de Stanford, concluyó que "no es la hormona mágica del rejuvenecimiento" ni mejora marcadores como la densidad ósea, niveles de colesterol ni longevidad.

En los Estados Unidos se estima que más de 20 mil personas usan este fármaco con la idea de recobrar la juventud. Gastarían entre mil y dos mil dólares por mes en la droga.

Los especialistas recomiendan el uso de la hormona de crecimiento sintética sólo en aquellos niños y adultos que tienen problemas para generarla naturalmente, como fue el caso del futbolista Lionel Messi durante su adolescencia, informó el diario Clarín.

En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) la indica para trastornos de crecimiento en niños (como el síndrome de Turner), y en adultos en los casos de grasa abdominal, disminución de grasa magra, apatía psico-física y los cuadros de personas mayores que hayan tenido antecedentes de tumores en la hipófisis, que hayan recibido radiación en el cerebro o sufrido traumatismos de cráneo severos.