Zuleyka Rivera se convirtió a los 18 años en la Miss Universo 2006 que sucederá a la canadiense Natalie Glebova y llevará a la isla caribeña la quinta corona de este certamen, tras haberse impuesto sobre 86 chicas, entre ellas la primera finalista, una carismática japonesa.

"La verdad es que no lo creo todavía", atinó a decir apenas culminaba el espectáculo televisado esta chica morena, delgadísima y que vistió su cuerpo de más de 1,75 de estatura de un sensual traje metalizado que convenció al jurado y la multitudinaria barra puertorriqueña en el Shrine Auditorium de Los Angeles.

Así como Rivera hizo historia para su país, también fue una sorpresa la nacionalidad de la primera finalista: la japonesa Kurara Chibana, una estudiante de periodismo que respondió una de las preguntas en francés, español, inglés y luego japonés.

Kurara, quien sueña con ser corresponsal de guerra, le dio otra interpretación al certámen: "Si gano quiero que las mujeres de mi país vean que sí se puede, que tenemos que ser más seguras y actuar con más pasión", indicó en días previos ante la prensa en español.

Rivera y Kurara, quedaron entre las cinco finalistas junto a Miss Paraguay, Lourdes Arévalo, Miss Estados Unidos, Tara Conner y Miss Suiza, Lauriane Gillieron, al final del show transmitido a 170 países y territorios.

Las otras cuatro corona Miss Universo de Puerto Rico las ganaron Marisol Malaret (1970), Deborah Carthy Deu (1985), Dayanara Torres (1993) y Denise Quiñones (2001).

Hasta ahora Estados Unidos es el país más ganador con siete títulos Miss Universo, y esta noche Venezuela y Puerto Rico, peleaban su quinto título, pero la representante venezolana Jictzad Viña no entró en la semifinal.

Miss México, Priscila Perales, y Miss Bolivia, Desirée Durán, dos de las favoritas se despidieron tras entrar en las 10 finalistas.

En la competencia que siguen sobre todo en Asia del Pacífico y Latinoamérica, hubo embajadoras de naciones musulmanes, cristianas, judías, greco ortodoxas, hindúes, todas unidas durante casi un mes en Los Angeles por su culto al cuerpo.

Miles de personas con las banderas de México y Puerto Rico, así como de Venezuela y Filipinas, abarrotaban el Shrine Auditorium de Los Angeles -de 6.000 puestos-, para apoyar a sus representantes tan vestidos de gala como las esbeltas "misses".