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29 de marzo de 2024
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La Plaza de Mayo, termómetro de un país durante la guerra de Malvinas
Fue el epicentro de manifestaciones durante el conflicto. La gente salió a apoyar el desembarco y Galtieri se dio el gusto de que lo vivaran en el "balcón de Perón"
1 de abril de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco

Como escenario natural de las expresiones populares en toda la historia argentina, el tradicional paseo no estuvo ausente en los días del conflicto por Malvinas, aunque con diferentes actitudes.

El primer hecho notorio ocurrió el 30 de marzo de 1982, tres días antes del desembarco de las fuerzas militares argentinas en las islas, cuando la primera marcha sindical contra el gobierno de facto intentó llevar su protesta frente a la Casa Rosada.

En esa oportunidad, las inmediaciones a la plaza fueron una especie de fuerte con camiones de asaltos y militares parapetados para impedir que los manifestantes llegaran a la Casa de Gobierno.

Con el objetivo cumplido, todo se preparó para que el 2 de abril la Plaza estuviera resplandeciente para el festejo por la recuperación de las islas.

El escenario histórico nacional se pobló luego de que todos los estatales recibieron un asueto ese día y fueran "conducidos" hacia la Plaza, donde personal de la Casa de Gobierno repartía pequeñas banderas argentinas que tenían preparadas.

Una semana después, la jornada del 9 al 10 de abril muchas familias pasaron la noche en la Plaza de Mayo en la vigilia de la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Alexander Haig, quien trataba de "mediar" en el conflicto con Gran Bretaña.

Ese día, el ex presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri salió al histórico balcón de la Casa de Gobierno a dar un encendido discurso, y previamente asomarse a las puertas de la Rosada para saludar a los manifestantes que se encontraban allí.

Una semana después se repitió la escena, pero esta vez ante la inminencia de un conflicto armado que era inevitable, Galtieri desafió: "Si quieren venir, que vengan, les presentaremos batalla".

En los 74 días que duró el conflicto a partir del 2 de abril, las madres de Plaza de Mayo nunca dejaron de realizar, todos los jueves, su tradicional marcha, a pesar de las agresiones verbales de algunos transeuntes.

Durante los días del conflicto -a partir del 1 de mayo- las manifestaciones de apoyo a la Plaza de Mayo se fueron raleando y sólo se volvió a llenar el 12 de junio, cuando comenzaba la visita del Papa Juan Pablo II, quien estuvo en la Casa de Gobierno.

Esos días, que fueron el inicio del final de la guerra, en la plaza reinó la pesadumbre como un preámbulo de un final que parecía inminente.

Luego de la rendición de Puerto Argentino, los comunicados de las Fuerzas Armadas con las noticias de esta capitulación llegaron con 24 horas de atraso, hecho que generó un clima de malestar en la gente.

Con la noticia, desde alguna oficina oficial surgió la disparatada idea de convocar a la plaza por radio para apoyar el Gobierno, situación que derivó en graves incidentes con detenidos y heridos.

"Queremos noticias, queremos noticias", gritaban los manifestantes que llegaron a la puerta de la Casa de Gobierno, y que luego de esperar comenzaron a tirar proyectiles sobre la puerta de Balcarce 50.

De allí, ya enfurecida, la gente comenzó a atacar un móvil de ATC, el canal oficial, y los incidentes continuaron cuando comenzó la represión frente al Cabildo, donde también se incendiaron colectivos y se rompieron vidrieras.

Al día siguiente, el ministro del Interior, Ibérico Saint Jean, responsabilizó de estos actos a "cuadros subversivos que están agazapados".