Norberto Une, uno de los guerrilleros que secuestró a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt hace más de seis años, pidió hoy perdón a la propia rehén y a toda su familia, y aseguró que está "muy arrepentido" de lo que hizo.

Así lo declaró en una entrevista concedida a la emisora local RCN y recogida por Europa Press, en la que explicó que fue su jefe del Frente 15 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quien les confirmó que la secuestrada era Betancourt.

"Tenemos uno de los peces más gordos, el que va mover el intercambio" humanitario, les dijo el jefe del Frente 15 a los guerrilleros que habían secuestrado a la ex candidata y a las otras cuatro personas que la acompañaban, entre ellas la ya liberada Clara Rojas.

Según indicó Une, quien también fue escolta del jefe guerrillero Manuel Marulanda, el secuestro tuvo lugar a "una hora a pie" de un retén militar, por lo que en un principio Betancourt pensó que fueron miembros del Ejército los que se la llevaron del lugar por donde viajaba en el departamento del Caquetá.

Cuando los jefes de esta sección de la guerrilla dieron a Une la orden de retener indefinidamente a Betancourt, éste le comunicó que estaba secuestrada por el Frente 15 de las FARC, a lo que ella reaccionó con sorpresa, aunque "no dijo nada".

Por todo ello, el guerrillero, que se ha unido a la campaña por la liberación de la ex candidata, pidió perdón por lo que hizo tanto a la madre, Yolanda Pulecio, como a los dos hijos de la ex candidata presidencial.

Insistió en que está "muy arrepentido" por lo que hizo, ya que afirmó que "en aquel momento uno no piensa en los padres y los hijos". Finalmente, pidió perdón también a la propia Ingrid Betancourt por su secuestro, "que ya va más de seis años".

Según algunas versiones, entre ellas la del Gobierno colombiano, Betancourt está muy enferma, ya que padece hepatitis B y leishmaniasis y además podría estar en huelga de hambre.

Ayer su hijo Lorenzo hizo desde París, donde reside, un desesperado llamado a la comandancia guerrillera para que la libere por cuestiones humanitarias, en tanto el gobierno francés envió un avión sanitario que ya llegó a Bogotá para intentar llegar hasta la secuestrada y brindarle asistencia médica de urgencia.