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16 de abril de 2024
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Condena ejemplar para apropiadores de la dictadura
La propia chica secuestrada fue la querellante. Hubo penas de entre 7 y 10 años de prisión para el militar que la entregó y la pareja que se la apropió
5 de abril de 2008
Un matrimonio que se apropió de una beba nacida en cautiverio durante la última dictadura y el militar que se las entregó fueron condenados ayer a penas de entre 7 y 10 años de prisión.

Es la primera vez que un caso de robo de hijos de desaparecidos llega a la etapa de sentencia con la víctima, María Eugenia Sampallo Barragán, hoy de 30 años, actuando como querellante de quienes la criaron como sus padres.

Las penas que decidió el Tribunal Oral Federal 5 fueron notablemente bajas en relación al pedido de Sampallo y al de la fiscalía, de 25 años de cárcel. Las Abuelas de Plaza de Mayo y el Gobierno, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, criticaron este aspecto del fallo. Dentro de una semana, los jueces darán a conocer los fundamentos de su decisión.

A Enrique Berthier, capitán retirado del Ejército, le impusieron 10 años de prisión; a Osvaldo Rivas, el padre apropiador, 8 y a María Cristina Gómez Pinto, madre apropiadora, 7. Berthier llegó al juicio preso y seguirá en esa condición, mientras que el matrimonio permanecerá en libertad hasta que la sentencia quede firme. Para los jueces (Guillermo Gordo, Daniel Obligado y Ricardo Farías), los tres son culpables de retener a la menor y adulterar sus documentos para que pasara como una hija natural.

Sampallo nació en el Hospital Militar a fines de 1978. Y recuperó su identidad en 2003, luego de someterse a estudios genéticos que revelaron que era hija de Mirta Mabel Barragán y Leonardo Rubén Sampallo, militantes del Partido Comunista Marxista Leninista y delegados gremiales en sus respectivos trabajos.

Barragán y su pareja fueron secuestrados de un departamento en el barrio de Once. Los alojaron y torturaron en el centro clandestino de detención llamado "Club Atlético", en la avenida Paseo Colón. Eugenia Sampallo nació en el Hospital Militar; no conoció a sus padres biológicos.

La anotaron el 8 de mayo de 1979 como María Eugenia Violeta Rivas. Violeta es el nombre de la entonces esposa de Berthier. El militar era amigo personal de Rivas y Gómez: así fue como les entregó a la beba, cuatro meses después de su nacimiento.

A los 7 años, le dijeron a la nena que ellos no eran sus padres biológicos. Pero le inventaron distintas historias -que su madre había muerto en un accidente, que era azafata, que vivía en Europa- hasta que ella empezó a preguntar. Incluso a Berthier, que seguía teniendo trato con los apropiadores y siempre se negó a contarle la verdad. "Me quisieron hacer creer que de bebé fui abandonada", declaró Sampallo.

Por la mañana, en la penúltima audiencia, ni los apropiadores ni el ex militar habían aceptado decir nada ni revelar los detalles de la historia que siguen callando. El veredicto se leyó a las 6 de la tarde. Eugenia Sampallo tampoco hizo declaraciones a la prensa. Recibió aplausos al dejar los tribunales de Comodoro Py.