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Uno de cada cuatro alumnos dice que vio armas en la escuela
El 26 % de los estudiantes argentinos asegura haber visto un arma blanca o de fuego en manos de un compañero dentro de su colegio. El 5 % reconoce haber llevado alguna
6 de abril de 2008
El 26% de los estudiantes argentinos asegura haber visto un arma blanca o de fuego en manos de un compañero dentro de su colegio. Y casi el 5% reconoce haber llevado alguna vez una para defenderse de -o atacar a- otros pares.

Este dato de una realidad escolar más violenta, en el tapete por los últimos casos mediáticos registrados en los últimos días, se desprende de una encuesta reciente hecha por el propio Ministerio de Educación de la Nación a través de un trabajo en conjunto del Observatorio de la Violencia en las escuelas y de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) al que Clarín accedió en forma exclusiva.

Allí se relevaron las opiniones y percepciones de unos 60.000 alumnos de todo el país de 9º EGB (chicos de 14 y 15 años) y 3º Polimodal (17 y 18 años). Casi el 55% de los encuestados es mujer. Un 75% del alumnado asiste a escuelas públicas. El resto, a privadas.

El informe concluye que la violencia en la escuela -entendida como "escenario y caja de resonancia del contexto social"- responde a cuestiones de género -es mayor entre los varones que entre mujeres-, de edad (se percibe y experimenta en mayor medida en el EGB que en el Polimodal) y hasta por gestión: los estudiantes de escuelas privadas que dicen haber sufrido golpes o lastimaduras por parte de un compañero son más que los de las públicas. Sin embargo, en las estatales se registra la mayor cantidad de casos de chicos con tenencia de armas. La violencia en la escuela no distingue regiones -prácticamente no hay diferencias entre las distintas zonas del país- ni sectores sociales según su grado de "vulnerabilidad".

En el trabajo -todavía por publicarse- se refleja que uno de cada 10 alumnos reconoció haber sido amenazado alguna vez por un compañero. Y el 70% dice haber sido testigo de una agresión física a otro estudiante dentro de la escuela. El 30% percibe que en su colegio hay violencia.

Lejos de generar una psicosis colectiva, los especialistas toman estas estadísticas y las contrastan con otras que arrojan el mismo informe. Allí los estudiantes destacan el buen trato que reciben tanto de sus pares (82%) como de sus docentes (76%). Y resaltan además la preponderancia que adquiere el adulto en la resolución del conflicto escolar.

"La escuela tiene mucho por hacer todavía para resolver estas cuestiones, pero sigue siendo el lugar privilegiado para aprender determinadas habilidades sociales y así construir una sociedad más democrática y menos violenta. Hay un mayor compromiso en esta cruzada, pero los cambios culturales siempre resultan procesos lentos. Avanzamos rápido en lo discursivo, pero en los hechos todavía nos manejamos muchas veces de manera violenta", admite Mara Brawer, la coordinadora del Programa para la Construcción de la Ciudadanía en la Escuela del Ministerio de Educación nacional. Desde hace cuatro años, esa cartera impulsa distintos proyectos -como el Observatorio de la Violencia, la Convivencia y Mediación Escolar, la difusión de los derechos de niños y jóvenes, entre otros- para resolver este fenómeno social.

Además de trabajar la vinculación entre alumnos y maestros, entre escuelas y familias, el Ministerio enfoca sus programas al rol que debe desarrollar el adulto -la autoridad escolar, el docente, el padre o la madre- en este tipo de conflictos. Un papel sumamente importante si se tiene en cuenta que un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fechado en 2007, reflejó que uno de cada 10 incidentes en la escuela ocurre entre padres y docentes.