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16 de abril de 2024
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Un sector del Gobierno busca “reargentinizar” Aerolíneas
Por Joaquín Morales Solá, publicado en La Nación
16 de abril de 2008
En los últimos días se renovó la ofensiva de un sector importante del Gobierno para lograr una “reargentinización” parcial del capital accionario de Aerolíneas Argentinas. La embestida, que sería liderada por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, intenta presionar a los dueños españoles de la compañía para que les vendan una parte de sus acciones a empresarios argentinos cercanos al Gobierno. Se trata, en fin, de una operación parecida a la que se consumó con la petrolera Repsol, que terminó cediendo una parte de sus acciones en YPF a socios argentinos.

En verdad, esta decisión forma parte de una estrategia larga y estudiada que empezó en los últimos tiempos del gobierno de Néstor Kirchner. Por aquellos días se confeccionó una lista de compañías a cuya propiedad debían acceder empresarios amigos del Gobierno: la propia Repsol, medios de comunicación actualmente en manos privadas, Telecom (inmersa en una disputa interna por la fusión entre Telefónica y Telecom Italia) y Aerolíneas Argentinas.

Dos funcionarios, un dirigente sindical aeronáutico y un empresario privado no vinculado con el negocio aéreo confirmaron la versión de la nueva ofensiva de Jaime. A Jaime le cuesta conseguir un socio argentino para Aerolíneas Argentinas, porque las compañías aéreas del mundo están en medio de serios conflictos y su rentabilidad es cada vez menor.

Sin embargo, Jaime busca socios entre empresarios vinculados con el Gobierno por otros negocios. "Podemos decir «no» una o dos veces, pero terminamos diciendo «sí» a la tercera vez", señaló un empresario que había sido sondeado por el Gobierno para acceder a Aerolíneas Argentinas. Contó también que el argumento de Jaime consiste en que le es difícil entenderse con los dueños españoles de la compañía aérea.

En este caso, como en casi todos, el Gobierno se encuentra dividido en dos partes. Otra línea, que comanda el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, les juró varias veces a los empresarios españoles que el Gobierno no quiere incorporar socios argentinos a Aerolíneas Argentinas. La propia presidenta Cristina Kirchner se reunió, al principio de su gestión, con los dueños españoles de Aerolíneas, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual. Los empresarios le hicieron una pregunta simple y clara: "¿Nos quieren en el país?". Cristina Kirchner ratificó que sí y dijo conocer la trayectoria de los empresarios. Díaz Ferrán es presidente de la poderosa central empresaria española (por eso acompaña habitualmente al rey Juan Carlos en sus viajes al exterior) y Pascual es el vicepresidente.

No obstante, Jaime no resolvió nunca ninguno de los problemas de la empresa en alianza permanente con el sindicato de pilotos, que paró el transporte aéreo del país varias veces. La reciente actualización de tarifas de cabotaje (un aumento del 18 por ciento) es insuficiente, según consideraron todas las empresas aéreas del país, que suelen mostrar el enorme ascenso de la estructura de costos por los aumentos salariales y la suba del precio de los combustibles. Ayer, Jaime anunció una serie de subsidios y reembolsos para paliar aquella insuficiencia. Pero esas decisiones ya fueron anunciadas en 2006 y nunca se avanzó más allá del mero anuncio. Gran parte de esas decisiones deben pasar por el Congreso.

Jaime puso más presión contra Aerolíneas Argentinas cuando se supo que estaba tentando a empresas de colectivos, como Flecha Bus, y concesionarios de trenes para que se incorporaran al capital accionario de Aerolíneas Argentinas. Esos empresarios argentinos tienen relación con Jaime por los subsidios que recibe el negocio del transporte. En los últimos días se habrían agregado más empresarios vinculados a la administración. Serían más sólidos que aquéllos, aunque no trascendieron sus nombres.

Funcionarios importantes de la administración están seguros de que Jaime no actúa solo en el caso Aerolíneas Argentinas, aunque se trata de una estrategia que le gusta. El influyente funcionario es un viejo amigo personal del ex presidente Néstor Kirchner, con quien suele verse varias veces por semana en las oficinas de Puerto Madero del ex mandatario. Cuando Néstor Kirchner era presidente, Jaime se ufanaba de que no había instancias intermedias entre él y el entonces presidente. "Yo hablo con el jefe", decía.

A pesar de todo, hubo una novedad política de la que el Gobierno no se notificó. Sucedió en Madrid y fue la designación de Miguel Sebastián como nuevo ministro de Industria de España, considerado ahora uno de los hombres fuertes del flamante gabinete de Rodríguez Zapatero. Sebastián es un sólido economista, amigo personal del jefe del gobierno español, que no necesita que nadie le cuente lo que sucede con las empresas españolas en la Argentina.

Sebastián fue asesor económico de Rodríguez Zapatero hasta hace un año y medio y, desde ese lugar, comandaba el observatorio del gobierno español para seguir el caso de las empresas hispanas con inversiones en la Argentina. "Era crítico de Kirchner cuando se fue de la asesoría. Ahora Sebastián volvió con más poder y se encontrará con los mismos problemas que existían cuando se fue. Si yo estuviera en Buenos Aires abriría el paraguas", señaló un empresario desde Madrid.

Sebastián es también amigo personal de Díaz Ferrán. Voceros de la compañía aérea señalaron que los dueños actuales no quieren socios argentinos y que sólo aceptarán el cupo ya establecido para que el Estado argentino pueda acceder hasta un 20 por ciento de la acciones de la empresa.

La ofensiva de un sector del Gobierno sobre la compañía aérea hizo tronar las alarmas en medios diplomáticos. España y Brasil son los únicos países importantes y serios del mundo que no han enfriado su relación con la Argentina. Más aún, el gobierno español esperaba que la administración de Cristina Kirchner cumpliera, en parte al menos, con las promesas siempre incumplidas de su esposo a Rodríguez Zapatero para mejorar la situación de las empresas hispanas en la Argentina.

La relación entre los Kirchner y Rodríguez Zapatero entró en un statu quo cuando ambos gobiernos ingresaron en sus respectivas campañas electorales. El matrimonio presidencial argentino adujo que no podía hacer concesiones a empresas en medio de un clima electoral. El jefe del gobierno español evitó también roces con el gobierno de un país donde hay miles de personas en condiciones de votar en los comicios de su país. Los dos han pasado ya por esas experiencias electorales. Los Kirchner ganaron en la Argentina y Rodríguez Zapatero acaba de asumir su nuevo mandato en Madrid. Una nueva ronda de negociación por las inversiones españolas en la Argentina es inevitable.

Además, algo extraño está sucediendo con la política exterior argentina. La presidenta de la India, Pratibha Patil, hará una gira por la región (México, Brasil y Chile) y no pasará por la Argentina, como anticipó ayer LA NACION. La India es la economía emergente del mundo más importante después de China.

Patil no es la primera ni la única líder significativa del mundo que evita aterrizar en Buenos Aires. Ya lo hicieron Jacques Chirac, Romano Prodi y Condoleezza Rice, y dentro de poco hará lo mismo la canciller alemana, Angela Merkel. La peor noticia para Cristina Kirchner (que como candidata fue recibida por el rey Juan Carlos en su palacio de verano, aunque el monarca debió quebrantar sus propias normas) sería que el gobierno español se sumara a la evidente indiferencia del mundo con respecto de la Argentina.