Un especie de mediador se volvió el jefe de Gabiente, Alberto Fernández, desde que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, "metió" sus narices en las negociaciones con el sector agropecuario.

Tanto es así, que el propio Fernández tuvo que salir a calmar los ánimos.

En declaraciones radiales, el jefe de Gabinete aseguró que él mismo convocará personalmente a los líderes del campo para acercarles dos propuestas con las cuales espera poder destrabar el conflicto con las entidades.

Fernández adelantó que buscará "avanzar en la apertura de las exportaciones de carne", vinculada a envíos al exterior de "vacas de conserva" que son esperadas en los mercados extranjeros.

De todos modos, aclaró que esa oferta estará condicionada a que los productores y frigoríficos "no especulen ni generen desabastecimiento" de carne en las góndolas, que encarezcan un producto que es clave para la dieta de los argentinos.

También le acercará a las entidades ruralistas el ofrecimiento para avanzar en "un acuerdo con el trigo", otro de los pedidos más insistentes de los ruralistas.

El funcionario aseguró que buscará otorgarles a los que siembran ese cereal "un precio pleno".