El pez por la boca muere, asegura el refrán; y a Alfredo De Angeli, el líder de la "revolución agropecuaria", le pasó algo parecido con algunas declaraciones desafortunadas.

Todo comenzó cuando De Angeli aseguró que en los piquetes agrarios los productores y chacareros estaban armados con "escopetas y carabinas". Fue ahí cuando la Justicia solicitó su "inmediata detención".

En una entrevista concedida a un matutino porteño, De Angeli, reconoció que en los bloqueos de rutas que lo tuvieron como protagonista por más de 20 días, quienes lo acompañaban estaban armados para "resistir" ante posibles enfrentamientos de camioneros.

Pasado el mediodía, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae.com, el fiscal federal Guillermo Marijuan solicitó la detención al juez Marcelo Martínez de Giorgi.

El delito que el funcionario judicial le imputa al chacarero es el de "intimidación pública, incitación a la violencia colectiva y acopio de armas".

En los próximos días, el magistrado federal deberá resolver si finalmente le da curso a la solicitud de Marijuan o si archiva la causa.

Hoy, desde el kirchnerismo salieron a criticar las palabras de De Angeli y señalaron que la referencia que hizo sobre el armamento que tenían en los cortes era una "amenaza para el Gobierno y para la Argentina".

El código penal, en el artículo que trata sobre intimidación pública (211), señala: "Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos".