A falta de dos jornadas para concluir la temporada, el Chelsea asestó un fortísimo revés al Manchester United, al que venció por 2-1 en Stamford Bridge, con un penal del germano Michael Ballack, para mantener con vida la 'Premier'.

Los pupilos del escocés Sir Alex Ferguson malgastaron este sábado la ocasión de proclamarse, a efectos, campeones de este torneo. La presión pudo con los nervios de los "diablos rojos", que decidirán también su futuro europeo ante el Barcelona la próxima semana.

El israelí Avram Grant, "el técnico más afortunado del mundo", según los diarios ingleses, volvió a tener la suerte de su parte y los "Blues" reavivaron frente a su afición las esperanzas de poder alzarse con el trofeo liguero esta temporada, tras igualar en 81 puntos con la escuadra de Old Trafford.

El resultado, además, perpetúa el récord de victorias consecutivas (101, con la del sábado) que atesoran los 'Blues' en su estadio, donde no pierden desde 2004, cuando cayeron ante el Arsenal.

No obstante, mientras que esta victoria es vital para dar aire al club anfitrión, al United aún le queda la ventaja que tiene con respecto a los "Blues" en el número de goles anotados.

Para el duelo, el conjunto local no contó con los servicios del medio inglés Frank Lampard, ausente tras el fallecimiento de su madre esta semana.

Por su parte, Alex Ferguson dejó en el banquillo de los reservas al argentino Carlos Tévez y al goleador portugués Cristiano Ronaldo, al que sacó en lugar de Rooney en el minuto 63.

En la primera mitad, el papel en solitario desempeñado por el internacional inglés Wayne Rooney en el ataque no surtió el efecto esperado, en parte porque el jugador no contó con demasiadas ayudas en el extremo galés Ryan Giggs ni en el portugués Luis Nani, quienes estuvieron lentos a la hora de asistir al delantero.