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28 de marzo de 2024
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Un año sin la pequeña Maddie
Este mes cumpliría cuatro años pero hay pocas esperanzas de encontrarla con vida. Sus padres, los McCann, siguen jurando su inocencia y el misterio continúa
3 de mayo de 2008
La hermosa Madeleine McCann desapareció hace un año mientras sus padres británicos estaban de vacaciones en el sur de Portugal.

Más de una vez estuvieron en la mira de los investigadores, pero nunca pudieron probar su supuesta participación en la desaparición de la pequeña.

El problema es que nadie sabe si está viva o muerta, ni dónde. Si cumple años, no podrá celebrarlo con sus padres y hermanos.

Este sábado se cumple un año de su desaparición en la turística Playa de la Luz del Algarve portugués.

La policía no ha cerrado ninguna hipótesis y las sospechas recaen sobre todos los protagonistas de un suceso cuya investigación se encuentra estancada por la falta de indicios que arrojen alguna luz sobre el paradero de la niña.

Todo comenzó con una sencilla cena de matrimonios sin niños.

Kate y Ferry McCann, unos reputados médicos británicos, optaron por dejar a sus hijos, Madeleine y los gemelos Sean y Amelie, de dos años, dormidos en la habitación del hotel, dado que la cita era un restaurante próximo, dentro de la misma urbanización donde permanecían alojados.

Hasta cuatro veces regresaron los doctores al apartamento para ver cómo dormían los niños. A la quinta saltó la alarma. Madeleine había desaparecido. No había sido forzadas la puertas ni las ventanas. Tampoco faltaban los escasos objeto de valor que una persona lleva cuando está de vacaciones. Todo esto reforzó la tesis de un secuestro, en el que los captores actuaron sin despertar a los gemelos.

Denunciados los hechos, la Guardia Nacional Republicana y la Policía Judicial portuguesa desplegaron un importante dispositivo en busca de la niña. La Armada también fue movilizada para peinar las costas del Algarve por si el cuerpo hubiera sido arrojado al mar. Nada. Ni una pista, ni una reivindicación, ni un comunicado.

El matrimonio McCann desplegó una vasta campaña mediática para buscar a su hija, lo que les llevó hasta el Vaticano, donde el papa Benedicto XVI les dio su bendición. Como católicos practicantes también visitaron Fátima antes de iniciar una gira por medio mundo para solicitar la movilización pública en busca de su pequeña.

Por su parte, los investigadores detuvieron al británico Robert Murat, pero tuvieron que dejarlo en libertad. Este no fue identificado por Jane Turner, amiga de los McCann, que la noche que despareció Madeleine vio a un hombre cerca del apartamento con algo rosa, acaso un pijama, envuelto en una manta.

Tres meses después de la desaparición, Scotland Yard envió al Algarve perros adiestrados en la búsqueda de rastros de personas.

Los animales identificaron lo que parecía sangre o restos de un cadáver en el apartamento del 'Ocean Club' de los McCann y en el vehículo que habían alquilado. Esta pista reforzó la hipótesis de que la niña podría haber muerto antes de ser sacada de la habitación. Sin embargo, los restos no pudieron ser relacionados con el ADN de la menor.

Los expertos trabajaron con la premisa de que la niña habría muerto durante el forcejeo con el extraño que entró en la habitación y que intentaba hacerla callar. La versión de un hombre cargando en brazos con un niños, envuelta en una manta, apoya esta línea de trabajo. Pero sólo como hipótesis.

En septiembre, tras los últimos hallazgos, los investigadores portugueses interrogaron a los McCann por separado. La pareja fue imputada -'arguido'- en el caso. Ellos negaron por activa y pasiva tener relación con la desaparición de Maddie o con una supuesta muerte por accidente. Pese a la imputación, las autoridades les dejaron regresar al Reino Unido.

Un año después, siguen sin despejar una incógnita que les señala: ¿Por qué dejaron solos en un apartamento a unos niños tan pequeños? Por ello, los policías tratan de concretar al minuto lo que ocurrió entre las 18 y las 22:00 horas de aquel 3 de mayo de 2007, momento en que Kate McCan encontró vacía la cama de su hija.

Los McCann no han dejado de pedir la colaboración ciudadana para encontrar a la pequeña, porque, aseguran «creemos que nuestra Madeleine está en algún sitio y tenemos la esperanza de reunirnos con ella». Así, en estos meses las pistas han llevado a buscar a la niña en Malta, Bélgica, Francia Italia, Chile y Marruecos.

Varias personas dijeron haberla visto en esos países, pero siempre fueron pistas falsas. Para quien encuentre a la niña espera un millón de libras -unos cuatro millones de euros- donación del empresario británico Stephen Winyard, pero la esperanza comienza a flaquear.