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28 de marzo de 2024
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La deuda externa sigue subiendo: US$ 144.728,6 M
Ya supera el nivel registrado en 2001 y, sin manipulación del Indec, sería aún mayor. La cifra actual equivale al 56% del PBI, y es la segunda más alta de la región
5 de mayo de 2008
La mejora del superávit fiscal primario no alcanzó para evitar que la deuda pública aumentara un 6% en dólares el año pasado, el mismo alza que registró a lo largo de 2006, según datos de la Secretaría de Finanzas.

Según analizó el diario La Nación, esta suba, que elevó el pasivo hasta los US$ 144.728,6 millones, habría sido aun mayor si el Gobierno hubiera sincerado la inflación en el Indec. Pese a este maquillaje, el stock de deuda actual, tanto en términos nominales como en porcentaje del PBI, es ya superior al de 2001.

La deuda era, en el último año del gobierno de Fernando de la Rúa, de US$ 144.222 millones, un 54% del PBI. La cifra actual equivale al 56%, el segundo más alto de la región y dos puntos por encima del valor del último año de la convertibilidad. Si se incluyen los títulos públicos en manos de los holdouts , el grupo de acreedores que optó por no cambiar sus títulos en cesación de pagos en el canje de la deuda de 2005, la cifra ascendería al 67%. Ambos valores incluyen la deuda impaga con el Club de París.

Con todo, existe una manera de ver esta carga como más liviana que antes. Ocurre si se mide la deuda en relación con las reservas del Banco Central o los ingresos generados por las exportaciones, que crecieron mucho más que la economía desde la salida del 1 a 1.

Medida en pesos, la deuda subió más el año pasado (un 9%) en relación con el año anterior, por la devaluación de la moneda local. Si, además, se descuentan los activos financieros del sector público, el incremento del stock de deuda neta fue aun mayor, del 11%. Una suma de factores, algunos vinculados con la política económica, otros con la economía local y otros con el contexto internacional, derivaron en el alza del pasivo del Estado:

Hubo un aumento de US$ 4579,8 millones por la inflación, debido a que una parte de la deuda pública se indexa por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), que se nutre de los datos oficiales de la inflación. Ese monto surgió a partir de la inflación que registra el cuestionado índice de precios al consumidor (IPC) del Indec. Según estimaciones plasmadas en un informe de la consultora Econométrica, si el Gobierno hubiera convalidado una inflación del 17% -el doble del dato oficial del área metropolitana- la deuda habría aumentado otros US$ 4800 millones. "El Gobierno al no indexar la deuda pública en pesos con la «verdadera» inflación no está evitando que la deuda aumente en términos reales, sino todo lo contrario: licua la deuda en términos reales", sostiene el informe.

El alza del gasto público, que el año pasado -con la suba de las jubilaciones, la moratoria previsional, la inversión en infraestructura y los subsidios- llegó al 46% y fue superior al de los ingresos, limitó la mejora del superávit fiscal primario, que alcanzó para cubrir el pago de intereses de la deuda, pero no para hacer frente a todas las amortizaciones del capital.

El Gobierno, por ende, debió emitir una nueva deuda para afrontar estos pagos. Parte de esos títulos fueron colocados en la cartera de inversiones de la Anses, para capitalizar el superávit de la seguridad social; en el Banco Central y, en menor medida, en otros entes no incluidos en el presupuesto, pero estatales, como la AFIP. Según la Secretaría de Finanzas, el Tesoro colocó deuda por US$ 1700 millones en el sector público el año pasado.

También hubo nuevas emisiones de títulos para pagar deudas con jubilados y proveedores -reconocidas por sentencias o acuerdos judiciales-, que se sumaron a las colocaciones de nuevos títulos en el mercado (principalmente, los Bonar) y las licitaciones directas al gobierno de Hugo Chávez (los Boden). Así, la diferencia entre las nuevas emisiones de deuda y las amortizaciones redundó en un aumento neto en el stock de deuda de US$ 2494,1 millones, según las cifras oficiales.

Algunos papeles de la deuda capitalizan una parte de los intereses, es decir, no se pagan, sino que se suman al capital del bono. La capitalización de intereses de los bonos Discount y Cuasipar, los préstamos garantizados y los Bocones elevó el pasivo en otros US$ 1088,3 millones. Los atrasos de intereses sumaron US$ 79,3 millones.

Los movimientos en la cotización de las monedas en las que están emitidos los títulos de la deuda -peso, dólar, euro y yen, principalmente- provocan ajustes en la valuación de estos papeles. La devaluación del peso reduce la deuda en dólares, pero la devaluación del dólar contra el euro, el yen, el franco suizo o alguna otra de las monedas en las que está nominada parte de la deuda, la eleva. El deterioro de la economía de los EE.UU. y la crisis global profundizaron el retroceso de la divisa verde el año pasado.

El Gobierno computó una reducción en la deuda de US$ 237,3 millones por los cambios en las cotizaciones. Un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, sostiene, no obstante, que en 2007 la deuda subió US$ 1629 millones por el movimiento de las divisas.