El odontólogo Ricardo Barreda, condenado en 1995 a cadena perpetua por el homicidio de su esposa, su suegra y sus dos hijas, podría volver este jueves a su casa, ya que la justicia le concedió arresto domiciliario.

La decisión, tomada por el Tribunal de Casación Penal bonaerense, se basó en la "precaria salud, en la edad y en la buena conducta del odontólogo", dijo el fiscal de Casación Carlos Altuve.

Pero, para hacer efectiva la medida se deberá tener en cuenta lo que el Tribunal de Casación Penal considera como "requisitos legales": que el condenado no haya cometido otros delitos, que fije un domicilio y que se presente ante el Patronato de Liberados una vez al mes.

Para los abogados del odontólogo, el hecho de que éste haya sido detenido el 16 de noviembre de 1992, y que los dos primeros años con prisión preventiva deban computarse simples, hace que Barreda lleve ahora casi 30 años en prisión por el "dos por uno", superando "el plazo de 20 años que se requiere para la libertad condicional".

Ante esta postura, el juez Sal Llargués propuso la prisión domiciliaria para Barreda, conforme a la edad del imputado y a su conducta dentro del penal, calificada como "excelente".

El beneficio de la prisión domiciliaria para Barreda comenzaría a instrumentares este miércoles en la Cámara Penal platense.

Barreda fue condenado a reclusión perpetua en 1995 por los jueces de la Sala I de la Cámara Penal, Pedro Soria, Eduardo Hortel y María Rosentock, por asesinar el 15 de noviembre de 1992 a su esposa, Gladys Mac Donall; su suegra, Elena Arreche; y sus dos hijas, Adriana y Cecilia.