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Aerolíneas, el caso Sidor para Madrid
Por Joaquín Morales Solá, publicado en La Nación
7 de mayo de 2008
"Que digan lo que quieran, pero Aerolíneas Argentinas es el caso Sidor de la Argentina." Una voz importante del gobierno español tronó de esa manera desde Madrid, luego de conocer la última información difundida por la empresa Marsans, dueña de la compañía aérea, sobre la "reargentinización" de la empresa. Sidor es, como se sabe, la metalúrgica controlada por la argentina Techint y confiscada en Venezuela por el gobierno de Hugo Chávez.

¿En qué se parecen ambos casos?, preguntó LA NACION. Respuesta: "¿De qué se queja la Argentina ante Chávez? Se queja de que nunca le dio información sobre lo que proyectaba hacer con Sidor. El gobierno español tampoco tuvo nunca información sobre el proyecto final del gobierno argentino, que consistía, por lo que vemos ahora, en despojar a los dueños españoles de su propiedad en el país".

Sectores del gobierno de Rodríguez Zapatero han deslizado, incluso, cierta crítica al discurso conciliador expresado en público recientemente en Buenos Aires por el canciller español, Miguel Angel Moratinos. "Debió ser más explícito en sus declaraciones públicas", señalaron, aunque aseguraron que Moratinos le había planteado al canciller argentino, Jorge Taiana, el caso de la empresa aérea. "Fue durante una comida informal y de manera elíptica. Pero Moratinos quería dejar sobre la mesa la preocupación sobre el caso. Y la dejó", afirmaron en Madrid.

El problema no es, desde ya, Taiana. La profunda preocupación de la administración de Rodríguez Zapatero, fácilmente perceptible en Madrid, se respalda en la sospecha de que el caso Aerolíneas Argentina podría ser sólo el segundo de una saga más larga que afectaría a empresas hispanas en la Argentina. El primero es, cae de maduro, la "argentinización" parcial de YPF, propiedad de la también española Repsol. "Pero lo de YPF podíamos explicarlo, aunque nadie nos creyera. Lo de Aerolíneas Argentinas no tiene ninguna explicación posible", dijeron.

El gobierno español detectó hace unas semanas ciertos movimientos en la misma dirección en la eléctrica Edesur, controlada por la española Endesa, y en el canal de televisión Telefé, propiedad de la hispana Telefónica. "Hasta podemos aceptar reestatizaciones con las consiguientes indemnizaciones a sus dueños. Pero no podemos aceptar las presiones que se hacen para que ingresen socios argentinos sin dinero en la mano y por el solo hecho de ser amigos del Gobierno", señalaron tales fuentes.

El caso de Aerolíneas Argentinas fue analizado también en Madrid con cierto tono crítico para los actuales dueños de la empresa. "Se apresuraron en asumir compromisos que crean un mal precedente para las inversiones españolas en la Argentina", subrayaron.

Sucede, sin embargo, que la empresa está perdiendo millones de dólares todos los meses; los sindicatos (bajo la protección del secretario de Transporte, Ricardo Jaime) paran la compañía al ritmo de una vez cada 40 días y no prospera ninguno de los proyectos que elaboró el propio Gobierno, que son beneficios impositivos o tarifarios, para mejorar la rentabilidad de la empresa.

"El ahogo al que nos someten nos ha colocado en una situación en la que no sabemos qué hacer", ha señalado uno de los principales ejecutivos de la empresa.

El propio Rodríguez Zapatero habló de Aerolíneas Argentinas, en noviembre del año último, en Olivos, durante un breve paso por Buenos Aires, de paso entre Chile y España, con el entonces presidente Néstor Kirchner. "Marsans es una empresa modelo", aseguran funcionarios españoles que dijo Kirchner entonces. En los primeros días de enero, los dueños de la compañía, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, presidente y vice a la vez de la poderosa central empresarial española, se reunieron con la entonces flamante presidenta Cristina Kirchner.

"La Presidenta volvió a hablar de una empresa modelo. Lo llamó por teléfono durante la misma reunión a Jaime y le preguntó por qué no salían las resoluciones que beneficiarían a la empresa", contaron en Madrid. Las resoluciones no salieron nunca. Jaime echó a volar luego el nombre de algunos empresarios concesionarios de trenes o dueños de colectivos (grandes beneficiarios de su sistema de subsidios) como futuros dueños de parte del paquete accionario de la compañía. La maniobra era demasiado tosca para ser tomada en serio.

El empresario argentino Eduardo Eurnekian desmintió su interés en la empresa, pero el presidente de Aeropuertos Argentina 2000, su principal compañía, Ernesto Gutiérrez, se convirtió en el principal operador en la tarea de buscar socios argentinos para Aerolíneas Argentinas. Entonces apareció el nombre de Juan Carlos López Mena, dueño de Buquebús, un empresario con prestigio que cuenta con el respeto de sectores políticos y empresarios españoles. López Mena, que tiene intereses en España, hizo una consulta con Madrid sobre la propuesta que había recibido. Le respondieron que su nombre no tenía objeciones.

El problema es que López Mena no habló nunca con los dueños españoles de Aerolíneas Argentinas. Díaz Ferrán y Pascual negocian con el ministro de Planificación, Julio De Vido, la venta de parte de la empresa. Y los eventuales socios argentinos negocian también en el Ministerio de Planificación, ya sea con De Vido o con Jaime. Esa cartera se ha convertido en el broker de la compraventa.

Los dueños españoles hablaban de que conservarían una mayoría en el paquete accionario de la empresa. Quizá lo consigan, pero sólo del 70% que quedaría en manos de dueños privados. El Estado se hará cargo del 20% del paquete accionario, y los sindicatos, del 10%. El directorio se llenará, así, de funcionarios y de dirigentes gremiales.

Del total de las acciones, Marsans sólo conservaría el 35% del 95% con que cuenta ahora. Nadie habló hasta ahora con la empresa de cuál será el valor de la compra de semejante parte de las acciones.

"Cristina Kirchner ha hecho un buen uso político de su conversación con la vicepresidenta del gobierno", dijeron las inmejorables fuentes de Madrid.

La Presidenta contó públicamente que la había llamado su "íntima amiga" María Teresa Fernández de la Vega para desmentir que hubiera cancelado un viaje a Buenos Aires por el caso Aerolíneas Argentinas. Fernández de la Vega nunca tuvo previsto venir a Buenos Aires. Esa es la verdad.

Las amistades se tornan relativas, no obstante, cuando las personas expresan los intereses de sus países o de sus Estados. La Presidenta podría comenzar a advertirlo dentro de poco, cuando se encuentre en Lima con el jefe del gobierno español, Rodríguez Zapatero. El poderoso ministro de Industria, Miguel Sebastián, figura en la comitiva del líder español.

Sebastián conoce las desventuras de Marsans en la Argentina desde que hace dos años debió frenar la firma de un acuerdo por Aerolíneas Argentinas, porque su texto había sido cambiado, de manera inconsulta y durante la noche, por Ricardo Jaime. La dura conversación de entonces entre Sebastián, que era el principal asesor de Rodríguez Zapatero, y De Vido es recordada todavía en Madrid.

"El gobierno argentino de los Kirchner agotó toda nuestra capacidad de sorpresa", dijeron muy cerca de Rodríguez Zapatero. España es (¿o era?) el único país importante que se esmera aún por tener buenas relaciones con la Argentina.