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24 de abril de 2024
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Pedro y Pablo: los habitantes de la ciudad con "bronca"
El dúo formado por Miguel Cantilo y Jorge Durietz se convirtió en 1970 en el primer grupo de protesta. Canciones con una poesía aun vigente. Cantilo, el Discépolo del rock
17 de mayo de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco

La imagen es elocuente. Invierno de 1981, en un bar de Palermo Viejo, en La esquina del Conde de Palermo, Miguel Cantilo y Jorge Durietz, once años después de componerla, cantaban “La marcha de la Bronca” y los 200 espectadores que burlaban la censura de la Dictadura Militar, hacían pogo militante.

En ese año de segunda reunión del dúo que se formó en 1968 y se convirtió en el grupo más representativo de la música contestataria de inicios de los setenta, demostraban que los años habían pasado pero el mensaje de protesta seguía tan vigente como una década atrás.

Cantilo y Durietz se conocieron a fines de la década del sesenta y tras unir la creatividad poética con la calidad interpretativa sobre dos guitarras decidieron formar una banda para tocar en café concert de Punta del este y Buenos Aires.

Así nació “Pedro y Pablo” que llevaba el nombre de los personajes bíblicos y a la vez una broma interna de la banda que también los asociaba a los personajes de “Los Picapiedras” para comenzar a ganar seguidores en menos de un año.

Apadrinados por el músico Horacio Molina, llegaron a los estudios de CBS, contratados por la compañía para grabar en 1970 su primer simple: “Yo vivo en una ciudad”.

Esa canción sería uno de los emblemas de la banda y retrataría con simpleza y vuelo poético las imágenes de una Buenos Aires que estaba cambiando con la llegada de una generación revolucionaria en ideas y propuestas.

De ese simple nació naturalmente el primer disco “La marcha de la Bronca” que también fue el segundo corte del album, ganador además, en 1971 del festival de Música Beat.

Ese disco inicila de "pedro y Pablo" también contenía otros grandes éxitos: el romántico y sexual “Catalina Bahía” , dedicado a una novia de Cantilo y “Dónde va la gente cuando llueve”.

Eran los tiempos de la dictadura de Juan Carlos Onganía, continuada luego por Alejandro Lanusse y las autoridades de entonces tardaron en darse cuenta del peso de la letra de “La marcha de la Bronca”, y recién fue prohibido en 1974, ya con un gobierno democrático.

De todas formas, ya la letra de Cantilo expresa un mensaje pacifista por encima de las posturas de persecusión militar y los gestos de revolución de los jóvenes con aquello´de, “Bronca sin fusiles y sin bombas, bronca con los dos dedos en ve”. Una “ve” que no tenía connotaciones peronistas, sino de grito hippie de paz.

Ya en 1972, el grupo con la llegada de otros músicos tomó un sonido más eléctrico y grabó “Conesa”, bajo el nombre de "La Cofradía de la Luz Solar”, y en ese viaje místico Cantilo se fue primero a El Bolsón y luego a España con la llegada de la Dictadura de 1976.

El Europa, el cantante se nutrió de toda la movida punk y luego de la New wade con la cual aterrizó en Buenos Aires fines en 1980 con el hit “A donde quiera que voy” y luego con la banda “Punch”.

Los jóvenes de Argentina no estaban aún preparados para este cambio, y en el festival de Prima Rock en 1981, Asteriscos.Tv fue testigo de cómo Cantilo, vestido con ropa de cuero recibió botellazos al querer imponer la nueva banda.

“¡La marcha..la marcha!” gritaban los chicos ahogados ya de mordaza de censura y Cantilo le hizo una devolución distinta:“La gente del Futuro”, la nueva protesta de los ochenta.

Ese año volvieron como Cantilo y Durietz para birlar la censura y actuaban en varios pubs para luego, ya en 1982 tocar en BA.Rock y en el mítico Obras, en su mejor momento.

Grabaron “Contracrisis” que se vendió muy bien y luego ya con la Democracia volvieron a separarse, para reunirse, como en un gesto de “recordar viejos buenos momentos” en 1995.

A pesar del tiempo, sus temas siguen vigentes y forman parte de la cultura popular. “La radiografía de “Yo vivo en una ciudad”, la crudeza de “la marcha de la Bronca” y el presente tecnológico de “La gente del futuro”, muestran a Cantilo como un poeta imprescindible para entender el fin de siglo XX. Un Discépolo de la modernidad.

Pedro y Pablo con “La marcha de la Bronca” en el festival de BA.Rock de 1982.
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